Un estudio difundido hace unos días reveló sorprendentes declaraciones de las azafatas que laboran para diversas aerolíneas en América y Europa, dejando en evidencia que el comportamiento de las prolijas sobrecargos no es siempre el esperado.
Según una encuesta realizada por la compañía Jetcost, un 89% de los auxiliares de vuelos activos en los últimos 5 años, reconocieron haber incumplido las normas de comportamiento básicas exigidas para sus empleos.
Así uno de cada cinco auxiliares de vuelo afirmó haber utilizado pequeños trucos a la hora de dar el cambio cuando cobran por algún producto. Con el argumento de no disponer del cambio suficiente pueden llegar a embolsar unos 470 dólares anuales. Otro “pecado” confesado por más de la mitad del personal encuestado --el 54%-- es dar el cambio en una moneda distinta a la utilizada en el pago, aunque el 40 % reconoce que no hace falta llegar a estas argucias, ya que el pasajero no suele comprobar el cambio.
Relaciones indebidas en pleno vuelo
En una sorprendente revelación, el 21 % de la tripulación --alrededor de uno de cada cinco profesionales-- reconoce haber mantenido relaciones íntimas con algún compañero durante un vuelo y el 14 % afirma haberlo hecho con pasajeros.
A la vez, el 7 % dice haber aceptado regalos y propinas de los pasajeros.
Otras prácticas irregulares admitidas se relacionan con la falta de ganas para trabajar. El 28 % de azafatas o sobrecargos negaron en alguna ocasión la disponibilidad de productos del catálogo solicitados por los clientes y que sí estaban disponibles.
Según Jetcost, el personal de cabina alemán es el que obtiene mayor lucro: un 29 % reconoce haber tenido un comportamiento irregular, llegando a embolsarse 595 dólares anuales. En el caso de los españoles, el porcentaje se sitúa en el 24 %, con unos 177 dólares de beneficios al año, por encima del 19 % de los franceses (131 dólares) y el 18 % de los italianos (110 dólares).