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El juego de pelota regresa a Ciudad de México

  • 04 septiembre 2019 /

Un centro cultural en uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México trae de regreso el juego de pelota mesoamericano, un deporte que no se ha jugado en la capital en 500 años.

México, México.

Suenan las caracolas en esta cancha de Azcapotzalco. Es la ceremonia previa al juego de pelota y hasta las vecinas se asoman para recibir la energía.

Esta tradición milenaria regresa a Ciudad de México después de 500 años.

Desde la época de la colonia no existía un campo así en la capital del país, cuando los españoles prohibieron su práctica.

'Los valores han decaído muchísimo y a través del juego de pelota nosotros hemos encontrado la manera de acercarnos a nuestros jóvenes y a nuestros niños y poderles inculcar y ofrecer la cosmovisión tan rica que tenían nuestros pueblos aquí en nuestra tierra, en las Américas', dijo Emmanuel Kakalotl.

En este centro cultural, la cosmovisión prehispánica rige todo el programa de actividades, que prohíbe fumar o consumir alcohol.

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Y en donde ahora se lucen los danzantes, antes existía un basurero.

'Demandamos la recuperación de este espacio que era un tiradero de cascajo, un basurero, que era una zona inhabilitada de gran riesgo', añadió Lía Membrillo, directora del Faro Azcapotzalco Xochikalli.

Los jugadores golpean con la cadera un balón de caucho de 4 kilos. Dos equipos compiten en un ritual que culturas como los mayas y aztecas asociaban a la fertilidad y a la guerra, aunque también tenía fines lúdicos.

Y en el que ahora por fin se abre espacio para las mujeres.

'Estamos rescatando nuestras raíces con este juego. Como te comento (casi) nadie lo practica pero ya en varios estados lo están practicando, hay equipos femeniles, varoniles e infantiles. Esto es un orgullo para México', explicó Beatriz Campos, jugadora.

Tradición, deporte, cultura.Y, en esta histórica zona de Ciudad de México, el juego tradicional se convierte en una forma de mantener a los jóvenes del barrio alejados de las adicciones y la delincuencia. Texto, foto y video de AFP.

Foto: La Prensa