Un bombero es sinónimo de honestidad, valor, dedicación, pasión, ética laboral y miles de calificativos más. En el Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York, el hondureño Óscar Reyes Zaldívar (43), oriundo de Tela, Atlántida, ha representado al pie de la letra estos valores en sus 12 años de carrera, se ha convertido en uno de esos héroes dispuestos a arriesgar la vida por el bienestar de la comunidad en la Gran Manzana y en digno representante de los valores morales adquiridos en Honduras.
'Recuerdo que en 1999, después de haberme graduado de la universidad como maestro de Educación Física, empecé a trabajar en una escuela de secundaria y un compañero de trabajo me preguntó si yo deseaba convertirme en bombero, ya que en ese momento estaban reclutando en el sitio donde yo daba clases. En esos días era joven y no tenía familia. Entonces deseaba explorar todas mis oportunidades y decidí tomar un formulario, lo llené, lo envié y así empezó todo'.
'En esos días siempre andaba buscando mejorar mi vida, abrirme las puertas a un futuro mejor y que no estuviera casado ni tuviera hijos fue un factor muy importante al tomar la decisión. Necesitaba un desafío en mi vida, quería abrir puertas y encontrar mejores condiciones de vida y 12 años después siento que acerté al tomar este camino'.
Aunque se incorporó a los bomberos cuatro años después de haber sido aprobado, ese tiempo en la lista de espera fue utilizado por el teleño Óscar Reyes para estudiar y aprender lo que se requería para esta labor en el campo académico, preparar su cuerpo, visualizar los objetivos y las prioridades que deseaba cumplir dentro de la unidad.
“Cuando empecé había pocos bomberos hispanos y ningún hondureño. Eso me motivó para dar lo mejor de mí. Lo único que yo quería era una oportunidad y ya la tenía. Sabía de la exigencia física de este trabajo, pero estaba tranquilo porque yo jugaba fútbol, era árbitro y el examen físico fue muy sencillo”.
Como todo inmigrante, Óscar Reyes llegó a Estados Unidos con muchos deseos y cuando la oportunidad se le presentó puso el mayor de sus esfuerzos para alcanzar el éxito, sin olvidar las palabras claves para lograr sus objetivos, según las palabras de su madre Isabel Zaldívar Castro: 'Nunca pierdas la humildad'.
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'Casi no pensamos en los riesgos de mi profesión. Tratamos de pensar que voy al trabajo y que pronto estaré de regreso. Se ha convertido en algo normal, pero hay días en que le digo a mi esposa cuando salgo de casa a trabajar que por favor no nos despidamos enojados por cualquier cosa que pueda suceder. Además queremos que las niñas vean con normalidad que su papi va a trabajar'.
Aparte de velar por la vida de los ciudadanos, Óscar tiene en sus hombros la complicada tarea de conducir los vehículos del Cuerpo de Bomberos. Lleva a sus colegas sanos y salvos a su destino en cuestión de segundos y al mismo tiempo se enfrenta a los riesgos y obstáculos de una activa metrópolis como Nueva York.
“He sido capacitado por el Departamento de Bomberos para conducir estos vehículos, pero antes de que te sientes en el asiento del conductor te dan de tres a cuatro años para familiarizarte con el área y tienes muchos veteranos aconsejándote hasta que logras tener la experiencia requerida. Cuando eres chofer, lo primero que debes hacer es llevar a tus compañeros al incendio con vida, o sea sanos y salvos. Debes asegurarte de que el hidrante más cercano esté funcionando y necesitas saber parquearte, ya que no puedes quitarle espacio al camión grande en el cual tenemos la escalera. Manejar es doble trabajo”.
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