Bolivia apuraba ayer sus últimas horas para las elecciones generales de este día, que se repiten un año después de los fallidos comicios que derivaron en una grave crisis, con la incertidumbre de si servirán para reafirmar la democracia o desembocarán en una nueva convulsión.
Las últimas horas trascurrieron con cierta polémica en la llegada de delegaciones de América y de Europa para acompañar la jornada de votación, incluido un incidente con un diputado argentino.
Dato
Luis Fernando Camacho, María de la Cruz Bayá, Luis Arce, Chi Hyun Chung, Feliciano Mamani y Carlos Mesa se disputan la presidencia de Bolivia, los más fuertes son Arce y Mesa.
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El país sudamericano se debate en la duda de si tras este domingo habrá un Gobierno salido de las urnas, después de casi un año de interinidad de Jeanine Áñez, o un nuevo estallido de violencia.
El viernes por la noche la llegada al aeropuerto de El Alto, junto a La Paz, del diputado argentino Federico Fagioli produjo una nueva polémica en Bolivia, como el día antes pasó con delegaciones políticas venidas de distintos países de América y de España.
Fagioli denunció que fue detenido y el presidente argentino, Alberto Fernández, responsabilizó al Gobierno interino de Áñez, el que a su vez desmintió cualquier detención. Turnos de mañana y tarde, una hora más de votación, uso de mascarillas y el distanciamiento social en las filas de votación son algunas de las medidas que tendrán que tomar los 7.3 millones de bolivianos llamados a elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados entre cinco candidaturas.
Esta es la coyuntura en la que Bolivia llega a su cita electoral, en medio de la pandemia y en espera de si el Partido MAS de Evo gana en primera vuelta, pues desde sus filas se ha advertido de que si no es así será por un fraude y habrá convulsión.