La Habana, Cuba.
El acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para normalizar sus relaciones después de 53 años de confrontación debería poner fin al relato del enemigo exterior empleado por el Gobierno cubano y conducir a la democracia y el respeto a los derechos humanos en la isla, coincidieron hoy varios analistas en Miami.
Este acercamiento, que tanto ha encendido los ánimos de una gran parte del exilio cubano y líderes republicanos de Florida, le quita al Gobierno de Cuba la 'excusa' de que las penurias que sufren los cubanos son culpa de la de relaciones con EUA, dijo Eduardo Gamarra, director de Estudios de América Latina en la Universidad de Florida (FIU).
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Gamarra se refirió al embargo comercial de EUA sobre Cuba, cuyo levantamiento no depende del presidente Barack Obama sino del Congreso, por lo que no está garantizado, pues en la próxima legislatura estará dominado por los republicanos, como 'una política caduca' que ha servido para justificar que 'los cubanos son pobres y la economía se ha ido al diablo'.
En opinión de Frank Mora, director del Instituto de Latinoamérica y el Caribe de la misma universidad, Estados Unidos 'ha dado un paso importante' y 'ahora le toca a Cuba hacer los cambios que los líderes de la región se han comprometido a realizar: defensa de la democracia y de los derechos humanos'.
No se trata de una 'concesión' del Gobierno estadounidense para con Cuba, sino de una 'medida unilateral' tomada por el Gobierno de EUA para 'crear las condiciones óptimas para generar un proceso de cambio en Cuba', apostilló.
El analista Eugenio Yañez sentenció que este paso supone un 'triunfo absoluto del Gobierno cubano, con la liberación de los tres espías de la 'Red Avispa' y EUA casi obligado a sentarse a la mesa a negociar'.
Lo que está claro, coincidió con los demás expertos, es que 'la pelota está ahora en el campo de la dictadura cubana', obligados por los hechos a 'tomar decisiones que favorezcan al pueblo cubano, aunque dudo que lo hagan', manifestó.
