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'Es un golpe de Estado de usurpadores”: Dilma

  • 29 agosto 2016 /

Brasília.

Dilma Rousseff aseguró que “resistirá” como hace 46 años cuando fue juzgada en la dictadura. En su exhorto al Senado para que impida su destitución, apeló a los 54 millones de votos que la llevaron al poder y criticó al “ursurpador” Michel Temer.

En su discurso, que se extendió por más de 40 minutos, Rousseff habló de cobardía, deslealtad, injusticia y honestidad. “No esperen de mí el silencio de los cobardes. En el pasado con las armas y hoy con la retórica jurídica, pretenden nuevamente atentar contra la democracia”, zanjó la primer presidenta en la historia de Brasil separada de su cargo desde el pasado 12 de mayo.

Rousseff, de 68 años, aseguró que su destitución definitiva es un “pretexto” para dar pie al “gobierno usurpador” del vicepresidente Michel Temer, que ejerce de forma interina la presidencia y si ella es definitivamente destituida, completará el mandato hasta 2018.

“Son pretextos para permitir un golpe a la Constitución, un golpe que si es consumado, resultará en la elección de un gobierno usurpador ..., que ya en los meses en que ejerció de gobierno interino no tiene mujeres en los ministerios, cuando el pueblo en las urnas escogió a una mujer para comandar el país. Un gobierno que excluye negros en su composición ministerial y ya mostró un profundo desprecio por el programa escogido”, indicó.

Asimismo, aprovechó para promover de nuevo un plebiscito sobre el futuro político del país. “Convocarlos a decidir, en las urnas, sobre el futuro de nuestro país. Diálogo, participación y voto directo y libre son las mejores armas que tenemos para la preservación de la democracia”, lanzó la presidenta.

Muchos entienden la propuesta de Rousseff como un llamado a adelantar las elecciones presidenciales, pero Temer ya ha dicho que no piensa renunciar.

Esta es la primera oportunidad que tuvo la mandataria de defenderse en el Congreso. Y es la última carta antes de la votación que decidirá si la destituye o no, quizás hoy.

Ambiente

En un clima de despedida, Rousseff, vestida con un traje de colores sobrios, se rodeó de sus fieles escuderos, de exministros y de antiguos amigos, como el cantautor Chico Buarque, quienes la acompañaron desde la platea del concurrido Senado.

“No lucho por mi mandato, vanidad o apego al poder. Lucho por la democracia, la verdad y la justicia”, declaró desde la tribuna, en medio del completo silencio del pleno de la Cámara alta.

Como el profesor que sigue de cerca a su pupila, Lula da Silva, visiblemente afligido, escuchó los argumentos de su ahijada política.

Después de su discurso llegó el interrogatorio en el que participaron más de 40 senadores. Recibió algunos apoyos de aliados, pero el foco principal fueron las indagaciones de sus opositores.

“Usted se presenta como víctima de un golpe, pero nosotros sabemos muy bien lo que es eso, trabajamos para reconstituir la democracia. Si usted falseó cuentas públicas, ahora también falsea la historia de este proceso”, le dijo el senador Aloysio Nunes, del PSDB.

El presidente interino Michel Temer dijo que no tuvo tiempo para oír el discurso de Rousseff. “No lo ví, tenía trabajo”, dijo tajante el político opositor a Dilma.