Washington, Estados Unidos.
Más de 20,000 personas recibieron ayuda en Luisiana, donde las torrenciales lluvias provocaron importantes inundaciones y la muerte de seis personas, informaron ayer varios medios estadounidenses.
El gobernador de ese estado del sur de EUA, John Bel Edwards, habló de inundaciones “sin precedentes”, y afirmó que más de 10.000 personas, esencialmente en los alrededores de la capital, Baton Rouge, habían pasado la noche del domingo al lunes en refugios.
La portavoz del gobernador, Shauna Sanford, dijo que seis personas murieron en las inundaciones.
El presidente Barack Obama declaró el estado de catástrofe natural que permite otorgar fondos federales de emergencia para financiar la ayuda a las víctimas.
Sin dar cifras exactas, el gobernador Edwards afirmó que “miles” de viviendas quedaron dañadas. También aseguró que los socorristas habían rescatado a centenares de animales. Las torrenciales lluvias comenzaron el viernes, con precipitaciones que alcanzaron entre 15 y 25 cm en algunas partes del sudeste de Luisiana y el sábado aumentaron, según el organismo de meteorología federal. Esta precipitación obligó a declarar como zonas de desastre Tangipahoa, St. Helena, East Baton Rouge y Livinstong, cuatro parroquias (distritos) del estado de Luisiana, que tiene esta división territorial equivalente a los condados del resto del país.
Los residentes de las parroquias declaradas como zona de desastre pueden pedir ayuda federal de hasta 32,000 dólares para rehabilitar sus hogares, aunque no tengan seguro de inundaciones.
Más de 2.700 viviendas están inundadas, la mayoría en Baton Rouge y Livinsgton.
Emergencia
Aunque las autoridades han advertido que van a pasar días hasta que se sepa el número exacto de víctimas, entre los muertos confirmados está William Mayfield, de 68 años, que se ahogó cuando trataba de abandonar su casa en la localidad de Zachary; y un hombre no identificado cuya camioneta fue arrastrada por el agua desde la autopista en Saint Helena Parish, en el norte del estado.
Las autoridades han movilizado desde el domingo a la Guardia Nacional para que participe en las labores de rescate con la aportación de unos 1.700 efectivos.
Las lluvias torrenciales también afectaron, aunque en menor grado, al vecino estado de Misisipi, que sigue también en estado de emergencia ante el riesgo de la subida del agua.
Más de 20,000 personas recibieron ayuda en Luisiana, donde las torrenciales lluvias provocaron importantes inundaciones y la muerte de seis personas, informaron ayer varios medios estadounidenses.
El gobernador de ese estado del sur de EUA, John Bel Edwards, habló de inundaciones “sin precedentes”, y afirmó que más de 10.000 personas, esencialmente en los alrededores de la capital, Baton Rouge, habían pasado la noche del domingo al lunes en refugios.
La portavoz del gobernador, Shauna Sanford, dijo que seis personas murieron en las inundaciones.
El presidente Barack Obama declaró el estado de catástrofe natural que permite otorgar fondos federales de emergencia para financiar la ayuda a las víctimas.
La agencia de emergencias FEMA, por su sigla en inglés, proporcionará 1,2 millones de litros de agua y 750.000 comidas a los desplazados.
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Los residentes de las parroquias declaradas como zona de desastre pueden pedir ayuda federal de hasta 32,000 dólares para rehabilitar sus hogares, aunque no tengan seguro de inundaciones.
Más de 2.700 viviendas están inundadas, la mayoría en Baton Rouge y Livinsgton.
Muchas viviendas y calles fueron anegadas por la fuerte precipitación.
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Aunque las autoridades han advertido que van a pasar días hasta que se sepa el número exacto de víctimas, entre los muertos confirmados está William Mayfield, de 68 años, que se ahogó cuando trataba de abandonar su casa en la localidad de Zachary; y un hombre no identificado cuya camioneta fue arrastrada por el agua desde la autopista en Saint Helena Parish, en el norte del estado.
Las autoridades han movilizado desde el domingo a la Guardia Nacional para que participe en las labores de rescate con la aportación de unos 1.700 efectivos.
Las lluvias torrenciales también afectaron, aunque en menor grado, al vecino estado de Misisipi, que sigue también en estado de emergencia ante el riesgo de la subida del agua.