Los hondureños que acuden al Consulado hondureño que funciona en la capital estadounidense se quejan sobre la excesiva dificultad para acceder a los servicios consulares de esa sede diplomática.
Los problemas denunciados incluyen la falta de controles en los procesos y trámites consulares e instalaciones inadecuadas, principalmente por su reducido tamaño y el considerable flujo de compatriotas que a diario llegan a esa oficina en busca de atención, situación que fue descrita por un afectado como un “caos”.
Cientos de personas llegan a diario al consulado.
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Incluso el mismo cónsul Leonardo Irías tuvo problemas para abrirse paso entre la multitud debido a las reducidas dimensiones del recinto, de acuerdo al testimonio de uno de los hondureños que se encontraba en el consulado.
Las quejas incluyen falta de espacio y de controles.
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