Múnich, Alemania
De pequeño sus sueños se encerraban entre las paredes de la Escuela de Música Victoriano López, de esta ciudad, adonde se gradúo con éxito. Ahora, Julio López es un destacado violinista del Cuarteto Isar de la Filarmónica de Múnich, Alemania, músicos que llegan al país para otorgar su talento en el Festival Internacional de Música (Inmufest), que se realizará del 23 al 27 de mayo en la Capital Industrial. Julio habló en exclusiva con LA PRENSA sobre su carrera y el festival.
A sus 35 años ha tenido muchos logros, ¿qué representa para usted pertenecer a la Filarmónica de Múnich?
Es un orgullo, y me siento muy alegre de ser parte de una orquesta tan buena.
¿Qué lo motivó para ser músico?
La música es la motivación propia. Generalmente, en Honduras no existe desarrollo artístico. Yo tuve la oportunidad de tener muy buenos maestros y buenas compañías musicales.
¿Al decir que no hay desarrollo artístico, se refiere a la falta de escuelas o de oportunidades?
Más que todo a la vida musical profesional. La educación musical es relativamente buena. El problema en nuestro país para el músico es que una especialización es limitada, y después de la especialización no hay formas seguras de empleo para un músico.
¿A qué edad se le presentó la oportunidad de salir del país?
A los 18 o 19 años.
¿En qué momento usted dijo “me voy”?
Fue un acto de casualidad. Un norteamericano fue a Honduras a ofrecer becas para campamentos musicales; su propuesta fue hacer un concurso y todos los interesados iban a tocar. Yo gané el tercer lugar, pero no pude ir al campamento; aunque quedé con la duda de qué sería de mí si me voy. Y eso fue lo que encendió la curiosidad de buscar algo más.
 Julio López es músico violinista.
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¿Y para dónde se fue?
A Misisipi, esa fue la primera oportunidad que tuve.
¿Hace cuánto tiempo vive en Alemania?
Creo que desde 2002.
¿Qué hizo para formar parte del Cuarteto Isar de la Filarmónica de Múnich?
El cuarteto es un grupo formado por miembros de la Filarmónica. La idea era tocar con músicos que nos entendíamos musicalmente, pero también como personas.
Pero, ¿ha tocado con grandes orquestas?
Sí, para las orquestas sí hay que audicionar en un proceso un poco complicado. Puede durar muchos años.
¿Es difícil por ser hondureño llegar a un nivel tan alto como pertenecer a una filarmónica?
Pregunta compleja porque yo no veo una dificultad el punto de ser hondureño. La música es muy difícil sin importar la nacionalidad. Obviamente hay muchos factores en el desarrollo de una persona. Creo que clave en cualquier tipo de educación es iniciar tempranamente, desde muy niños poderles introducir los valores para el éxito.
¿A qué edad inició usted en la música?
A los seis años
¿Podemos decir que debemos quitarnos ese estigma de que por ser hondureños no se puede llegar alto, siempre que haya talento?
Correcto, pero el talento no es lo clave. En Honduras se maneja mucho lo de las nacionalidades. Yo tengo otra perspectiva de la vida, las cosas se pueden hacer a base de trabajo. El talento es importante, pero los valores como el trabajo, la disciplina, son la receta.
¿Y usted cree que esos valores se encuentran en los músicos hondureños?
Se encuentran, pero hay falta de motivación y de desarrollo profesional, puede haber cierto límite y mucha frustración.
Este sábado llega a Honduras para participar en Inmufest, ¿qué expectativas trae y cuál va a ser la participación?
La expectativa es hacer música de alto nivel, del nivel que estoy acostumbrado. La meta es motivar, mostrar que el hondureño puede alcanzar esto. Todos somos humanos.
¿Qué motivó a sus compañeros venir a Honduras?
Vieron la causa noble que yo quiero hacer para motivar a los jóvenes y adultos. Motivar la música clásica en nuestras regiones porque no es un tema muy popular.
¿Cuáles son sus proyectos futuros en su vida profesional?
La verdad que enseñar, dar clases.
