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Costa Rica despide a los últimos migrantes cubanos

  • 11 marzo 2016 /

Los isleños pasaron casi cuatro meses varados en el país centroamericano

San José, Costa Rica

El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, despidió este viernes uno de los últimos vuelos que permitieron transportar a México a miles de migrantes cubanos que buscan llegar a Estados Unidos y que se encontraban varados en este país centroamericano desde noviembre pasado.

'Ustedes son muy valientes, la gente que se desarraiga y busca nuevos horizontes siempre es muy valiente. Van llenos de ilusiones pero también han tenido que pasar situaciones de mucha dificultad', dijo el mandatario a los migrantes, quienes respondieron al mensaje con vivas y aplausos.

Desde noviembre, cuando Nicaragua decidió cerrar su frontera a los migrantes que intentaban llegar vía terrestre a Estados Unidos, el gobierno de Costa Rica otorgó visas y dio asistencia humanitaria a 7,802 cubanos, mientras coordinaba con otros gobiernos de la región para encontrar una salida a la crisis.

El 12 de enero, un primer grupo de 180 cubanos pudo continuar su viaje en una operación piloto que incluía un vuelo entre San José y San Salvador y, posteriormente, en un transporte terrestre a través de ese país y Guatemala hasta México.

El éxito de esta primera experiencia permitió dar continuidad a los viajes. En febrero, el gobierno mexicano aceptó que se organizaran vuelos directos entre San José y las ciudades mexicanas de Reynosa o Nuevo Laredo, cercanas a la frontera con Estados Unidos.

En este proceso fue determinante la participación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que montó la logística y coordinó los vuelos con las empresa aéreas.

Según cifras oficiales del gobierno costarricense, del total de cubanos documentados (7,802), solo 4,350 viajaron dentro del mecanismo oficial, mientras que unos 3,450 contactaron con 'coyotes' que los ayudaron a pasar clandestinamente por Nicaragua y los demás países centroamericanos.

Según un reportaje publicado este viernes por el diario costarricense La Nación, los migrantes pagaron a los traficantes 1,000 dólares cada uno, lo que hace un total aproximado a 3.5 millones de dólares.

En declaraciones a la prensa, Solís admitió que muchos migrantes 'se desesperaron' y se pusieron en manos de los traficantes.

'El tráfico de personas es una tragedia para la humanidad toda, es un negocio espantoso, más lucrativo que el tráfico de drogas', dijo el gobernante en declaraciones a la prensa.

Solís manifestó que aún queda en Costa Rica un número pequeño de isleños que no han podido realizar el viaje por diferentes razones, pero consideró que la 'ardua labor' de apoyo de los últimos cuatro meses ha concluido satisfactoriamente.