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Las madres guerrilleras de las Farc esperan con ansias la paz

  • 27 febrero 2016 /

La guerra no les permite criar a sus hijos, los paren y los dejan al cuidado de familiares o campesinos.

Bogotá, Colombia

Años de combate a muerte en las montañas de Colombia se desvanecen cuando Rosmira y otras rebeldes de las FARC evocan a los bebés que tuvieron en medio del conflicto, y que dejaron al cuidado de familiares o extraños por una implacable norma de guerra.

En la antesala del acuerdo para poner fin a uno de los enfrentamientos internos más antiguos del mundo, que deja una estela de huérfanos y madres desconsoladas, estas mujeres quieren reencontrarse con sus hijos. No son pocas las combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -la guerrilla de unos 7,000 integrantes que está por pactar la paz después de medio siglo de lucha contra el Estado- que decidieron ser madres sin renunciar al fusil.

Sentadas en semicírculo, un grupo de ellas habla con más resignación que orgullo de su decisión de parir en medio de la guerra para después dejar a sus bebés bajo la protección de allegados o campesinos.

La agencia AFP llegó hasta un campamento rebelde, enclavado en una montaña selvática del noroeste de Colombia, donde estas mujeres comparten por igual con los hombres las faenas de la guerra. Casi siempre bien maquilladas, mezclan sus relatos de peligro y muerte con episodios maternales de sacrificio.

“Lo pensé mucho para tenerlo, porque siempre pensaba en que tocaba botarlo por la condición en la que estábamos”, afirma Rosmira, una guerrillera de 29 años. “Botar” un hijo en la jerga del conflicto puede significar abortar o abandonar. Pero finalmente, agrega Rosmira, decidió tener a su bebé con un compañero de armas con quien rompió recientemente. “Pedimos el permiso y desde el secretariado (jefatura máxima) nos lo aceptó y tuve la niña” hace tres años, recuerda.

Members of the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) prepare meat at a camp in the Colombian mountains on February 18, 2016. Many of these women are willing to be reunited with the children they gave birth and then left under protection of relatives or farmers, whenever the imminent peace agreement puts an end to the country's internal conflict. AFP PHOTO / LUIS ACOSTA

La Agencia Colombiana para la Reintegración -encargada de los desmovilizados- calcula que un 49% de los alzados en armas que se entregan tiene hijos, incluidos los de las Farc y demás grupos armados clandestinos.

Pensar el futuro

Desde que las FARC están en tregua unilateral hace siete meses, Rosmira y sus “camaradas” tienen más tiempo para pensar en sus vidas mientras se mueven en las noches por entre ríos y bosques del Magdalena Medio.

Cuando se firme la paz, quizás en marzo, después de más de tres años de negociaciones en Cuba, las madres que combaten en las FARC quieren reencontrarse con sus hijos sin el temor de morir o ser capturadas. En este tiempo de tregua algunas los han podido ver a su paso por algún caserío.

La guerrilla comunista reconoce que no acepta que las combatientes críen a sus hijos en medio de la guerra, y que les permite abortar como un derecho de “último recurso”, una práctica penalizada en Colombia en la mayoría de los casos.

Pero Rosmira y varias de sus compañeras optaron por tener a sus bebés, fruto según sus testimonios de relaciones consentidas, y ajustarse a la ley de hierro de la selva: encargarlos a familiares o extraños sin poner en riesgo a la organización. Sin revelar su nombre, Rosmira cuenta que crió a su hija los dos primeros meses, en una casa de campesinos, y que tras ello regresó a combatir. Su pequeña -a quien ve esporádicamente- quedó al amparo de los familiares del padre guerrillero.

“Sentí que se me habían llevado la mitad de mí con entregar a mi hija”, confiesa esta guerrillera, que entró a las FARC a los 11 años.

A member of the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) carries a wooden post at a camp in the Colombian mountains on February 18, 2016. Many of these women are willing to be reunited with the children they gave birth and then left under protection of relatives or farmers, whenever the peace agreement will put an end to the country's internal conflict. AFP PHOTO / LUIS ACOSTA

Además de cumplir sus funciones militares, las guerrilleras de las Farc atienden otros oficios en sus campamentos.