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Christine, la periodista que conmocionó por su trágica muerte

  • 29 enero 2016 /

La trágica historia de una joven periodista en vivo vuelve a ser el centro de atención gracias a una película.

Florida, Estados Unidos.

'Para continuar con la política del Canal 40 de brindarles lo último en sangre y entrañas, están a punto de ver otra primicia”, fueron las últimas palabras de la reportera de 29 años Christine Chubbuck en una emisión en directo durante su programa de televisión, para luego dispararse con un revolver detrás de una oreja y fallecer horas después en el hospital local.

El evento, que conmocionó a la ciudad y pronto a todo el país, se convirtió en el primer y único suicidio televisado en directo en Estados Unidos. Cuarenta años después, la trágica historia de la joven periodista vuelve a ser el centro de atención.

La película “Christine“, protagonizada por la actriz inglesa Rebecca Hall y el documental “Kate Plays Christine” se inspiraron en el perfil psicológico de Chubbuck. Ambos filmes forman parte de la selección oficial del reconocido festival de cine independiente Sundance, que finaliza esta semana en la ciudad de Park City, Utah (EUA).

Foto: La Prensa

Una mañana de 1974, Christine Chubbuck se suicidó ante cámaras en Sarasota, Florida, Estados Unidos. (Foto: Instituto Sundance)


¿Quién era Christine Chubbuck?

La carrera profesional de la presentadora nacida en Hudson, Ohio (EUA) parecía subir rápidamente y con éxito. A los 29 años, ya lideraba un programa de televisión que se transmitía los domingos por la mañana en el canal 40 de la cadena WXLT TV (ahora llamada WWSB/Canal 7).

Sus compañeros la describían como “talentosa y entusiasta” en la noticia sobre su muerte publicada en el diario local Herald Tribune. Justo antes de su fallecimiento, había sido ascendida como directora de asuntos públicos de la compañía.

Pero un día, Chubbuck hizo un comentario que alarmó a uno de sus colegas. El periodista Rob Smith señaló al Herald Tribune que ocho días antes del suicidio, la periodista le contó que había comprado un revólver.

Cuando le preguntó a Chubbuck por qué lo hizo, su respuesta fue: “He pensado en traerla al programa y volarme los sesos en directo“.

Foto: La Prensa

La noticia en vivo del suicidio conmocionó a los televidentes que llamaron al 911 para preguntar si habían visto una muerte en vivo.
Chubbuck lo tenía todo preparado. Lo había escrito en un guión personal que desconocía el resto de su equipo. Tras dar un par de titulares, introduciría su suicidio en directo. Como una noticia más del día. Una intervención de lo más metódica que llegó después de un fallo técnico.

Lo tenía por escrito, pero no le dio tiempo a decir que fallecería unas horas después en el hospital (y así fue, murió 14 horas después en el Sarasota Memorial). Ella sabía que para conseguir su objetivo no le valdría la espectacularidad de un tiro en la frente o en la boca. Mejor dispararse en la nuca. Lo sabía porque se lo había contado un jefe de policía tres semanas antes, cuando realizó un reportaje sobre el suicidio para su cadena.

Seguía las órdenes de su jefe, obsesionado con emitir noticias de “sangre y entrañas”. Tres días antes de suicidarse en antena, Chubbuck se había pelelado con él porque cambió una de sus historias por un segmento sobre un asesinato. Pedían “sangre y entrañas”. Ella las dió en vivo y en directo. Tenía 29 años.

“Era una chica problemática, pero también era muy joven. Todos éramos jóvenes”, le dijo a BBC Mundo su antiguo colega Steve Newman, quien con 21 años fue productor de su espacio televisivo y renunció al canal tres meses antes del fatal episodio.

Y es que la reportera no solo era una profesional competitiva, sino que también pasaba por severos períodos de depresión, según afirmó su madre, Margretta Chubbuck, a diferentes medios de comunicación en aquel momento.