Soldados y voluntarios apilaban bolsas de arena el miércoles en un frenético esfuerzo por detener las aguas que ya inundan varias localidades estadounidenses y causaron 13 muertos en Misuri (centro).
'Nunca vimos que el agua llegara tan alto', dijo el gobernador del Estado, Jay Nixon, a la cadena CNN. 'Estamos luchando contra una inundación generalizada'.
El majestuoso río Misisipi superó en 4.2 metros el nivel de inundación en algunas áreas y se pronostica que podría subir otros 2.4 metros antes de estabilizarse el viernes, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
'Es absolutamente devastador y rogamos ayuda', dijo Don Smith, alcalde de Rockaway Beach, un pequeño balneario en el sur del Misuri, en el centro del país.
'No sé cómo vamos hacer para limpiar todo', añadió el alcalde en CNN. 'Los peces nadan en las tiendas de antigüedades de uno de nuestros comerciantes'.
Las personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y negocios.
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En imágenes de televisión, se observó a socorristas y pobladores desplazándose en canoa entre las viviendas. Un hombre que trató de atravesar con su camioneta un área inundada debió ser rescatado desde el techo de una vivienda.
Una decena de conductores no pudieron ser socorridos, indicó Nixon, llamando a los habitantes a evitar las inundaciones 'frías y peligrosas' que invaden en algunas áreas.
San Luis amenazado
Las inundaciones por el momento han afectado pequeñas comunidades y zonas rurales. Pero se espera que el río Misisipi alcance o incluso supere sus crecidas récord en las cercanías de la densamente poblada ciudad de San Luis el jueves.
El gobernador se dijo 'muy preocupado' por la seguridad de más de 300,000 habitantes de la ciudad a orillas del Misisipi. 'No sabemos a dónde llegará el agua', enfatizó.
Las inundaciones comenzaron la semana pasada luego de que un poderoso sistema de lluvias vertiera hasta 25 centímetros de agua en algunas partes del Estado.
El gobernador Nixon declaró el estado de emergencia el domingo y solicitó la ayuda de la Guardia Nacional.
El vecino Illinois también fue duramente afectado. Las tormentas e inundaciones provocaron cinco muertos, declarándose el estado de emergencia en siete condados.
'Estamos ahí para ayudar a los socorristas locales a garantizar la seguridad de los habitantes afectados por las inundaciones inusuales en un mes de diciembre', declaró el gobernador de Illinois, Bruce Rauner.
Estados Unidos es presa de una ola de tiempo inclemente que se cobró al menos 49 vidas y afectó a millones de viajeros que intentan volver a sus casas luego de las fiestas de Navidad. AFP