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Esta es la disputa por los bienes de 'la reina de la coca'

  • 08 septiembre 2015 /

El Estado colombiano busca recuperar tres millones de dólares de Griselda Blanco.

Bogotá, Colombia

El gobierno colombiano ha iniciado uno de los proceso de expropiación de dominio más complicados en contra de una de las mujeres cuyo nombre figura en la lista de los grandes capos del narcotráfico: Griselda Blanco.

La llamada 'reina de la coca' o 'la viuda negra' acumula, aún después de tres años de asesinada, bienes por cerca de tres millones de dólares que el Estado colombiano busca recuperar.

Las más de 20 propiedades están ubicadas en exclusivos sectores de Medellín, fortín de otros capos como Pablo Escobar, y estarían a nombre de sus hijos Michael Corleone -quien vive en Estados Unidos- y Úber y Dixon Dario -asesinados hace 20 años-.

Y aunque hay otras propiedades, el Gobierno ha decidido no dar la batalla con ellas ya que en sus años de “jubilación”, Griselda vendió las propiedades que había comprado a principios de la década del ochenta.

Así era la reina

'La reina de la coca' es famosa no solo por las novelas que han sacado a la luz su nombre, sino también por ordenar secuestrar al hijo de John Kennedy, por matar a 250 personas incluidos sus maridos, o ser la matriarca del narcotráfico a Estados Unidos con envíos de 1.500 kilos mensuales de coca a ese país.

Su historia comenzó cuando su madre, Ana Lucía Restrepo, quedó embarazada de su patrón en una finca en Cartagena y fue despedida. Ambas se instalaron en las comunas de Medellín, donde Griselda se convirtió en carterista profesional a los 11 años y comenzó a prostituirse.

Poco a poco se fue vinculando en el tema del narcotráfico hacia Estados Unidos, hasta convertirse en la mentora de Pablo Escobar.

Griselda Blanco fue condenada a 15 años de prisión como reo ausente en 1975 por una corte de Nueva York, producto de la llamada operación Bashee que golpeó los carteles colombianos. Se le sumaron 25 años de condena al ser capturada en 1984 y juzgada por el estado de California, que le aumentó diez años a su condena previa.

A mediados del 2004 fue liberada y deportada a Colombia, donde vivió en relativa discreción hasta el 2012, año en que fue asesinada.

En sus últimos ocho años de vida, Griselda pudo tener cuentas bancarias y traspasar bienes como cualquier ciudadano. Era una anciana que se paseaba por Medellín en un modesto Mazda 3 negro.