El senador por Florida Marco Rubio emergió como el verdadero ganador del primer gran debate presidencial de las elecciones de 2016 en Estados Unidos pese a que el 'show', como era previsible, corrió a cargo del irreverente magnate Donald Trump.
Los principales medios y analistas del país dieron hoy como vencedor al joven aspirante de origen cubano por unanimidad: logró presentarse como la sangre nueva que necesita el partido para ilusionar a los votantes y vencer a la favorita demócrata, Hillary Clinton.
Rubio saltó a la palestra nacional como senador en 2010 y dos años más tarde se convirtió en una promesa con su discurso de presentación del candidato republicano de 2012, Mitt Romney, en la convención conservadora.
Los precandidatos republicanos, Marco Rubio, Benjamin Carson, Scott Walker y Donald Trump durante el primer gran debate televisado.
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No cometieron errores garrafales, pero ni Bush ni Walker lograron destacar entre el extravagante Trump, el combativo senador Rand Paul (Kentucky), el beligerante gobernador Chris Christie (Nueva Jersey) y el acertado Rubio.
Rubio, sin grandes aspavientos, logró vender mejor que ningún otro candidato su 'sueño americano': ha logrado una fulgurante carrera política pese a ser hijo de un camarero y una limpiadora que dejaron Cuba antes de la Revolución por falta de recursos.
'Si yo soy nuestro nominado, ¿Cómo va a darme lecciones Hillary Clinton sobre lo que es vivir de cheque en cheque? Yo crecí viviendo de cheque en cheque', esgrimió con habilidad.
'¿Cómo me va a dar lecciones sobre créditos universitarios? Yo debía más de cien mil dólares sólo hace cuatro años. Si yo soy nuestro nominado, seremos el partido del futuro', defendió Rubio.
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