El descubrimiento en Brasil de un fósil de serpiente con cuatro patas, un espécimen único, sugiere que los ancestros de estos reptiles eran terrestres y no marinos, según un estudio publicado este jueves por la revista científica estadounidense Science.
Esta nueva especie, bautizada Tetrapodophis amplectus, vivió en el Cretácico, hace entre unos 146 y 100 millones de años, y presenta muchos rasgos fisiológicos parecidos a los de las serpientes actuales: morro corto, bóveda craneal alargada, escamas, dientes puntiagudos y una mandíbula muy flexible para engullir grandes presas.
Aunque no es la primera vez que se encuentra un fósil de serpiente con extremidades, se cree que éste es el ancestro directo de las serpientes modernas. El fósil muestra adaptaciones para excavar, y no para nadar, lo cual refuerza la idea de que las culebras evolucionaron en tierra.
Los fósiles de esta especie hasta el momento desconocida, bautizada Tetrapodophis amplectus, fueron hallados en Brasil.
|
Los autores de este estudio revelan también la ausencia de la típica cola larga de reptiles acuáticos como los aligators, confrontando así la hipótesis de que las serpientes no descienden directamente de ancestros acuáticos.
Los investigadores analizaron las características genéticas y morfológicas del Tetrapodophis y lo compararon con otras especies conocidas de serpientes.