Denver, Estados Unidos
La hondureña Ángela Navarro inició una gira por tres ciudades de EUA para dar apoyo a otros migrantes irregulares que, con el apoyo del Nuevo Movimiento Santuario, se encerraron en una iglesia para vencer la deportación.
La olanchana ganó el pulso el 14 de enero tras 58 días encerrada.
Ayer visitó al mexicano Arturo Hernández quien cumplía cuatro meses de estar encerrado. Ángela contó a LA PRENSA que la intención de su periplo es “dar apoyo e intercambiar ideas” ahora que se ha convertido en un símbolo de la lucha de la comunidad hispana.
Arturo contó que “fue muy bonito” conocerla y que su caso “le da esperanza”. Arturo y Ángela ya se conocían pues todos los migrantes que se acogen a santuario charlan todos los martes a través de Skype.
Ni un paso atrás. Arturo Hernández llegó a EUA hace 16 años con su mujer embarazada. Su segunda hija, de nueve años, es ciudadana y él cumple con los requisitos para aplicar a la Acción Diferida para la Responsabilidad de los Padres (DAPA), programa incluido en la acción ejecutiva del presidente Obama. Sólo la orden de deportación le imposibilita ser elegible.
El éxito que obtuvo Ángela en un caso similar le da fuerza para insistir. “Por supuesto que no me echaré para atrás”, afirma. “Mucha gente se esforzó para ayudarme. Este ya no es mi caso, es el de muchos”, asevera.
Si Arturo consigue que le retiren la orden de deportación ya sólo le quedará que la administración gane el pulso judicial para aplicar las medidas ejecutivas. Ángela reconoce que no se esperaba la sentencia que bloquea el DAPA y la ampliación del DACA.
“Es muy triste pero seguimos en la lucha. Nada nos va a detener”, aseguró.
