El sueño de Alexander Mora de convertirse en maestro para sacar adelante a su padre quedó truncado luego de que presuntamente los sicarios de un grupo mafioso masacraran a un grupo de 43 estudiantes el pasado 26 de septiembre en Iguala, municipio del estado de Guerrero, en un crimen que mantiene conmocionado a México.
De 19 años, Alexander era el más pequeño de los ocho hijos de Ezequiel Mora, un campesino de la comunidad de El Pericón, en el municipio de Tecoanapa (Guerrero).
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'Alexander fue el único de los hijos que quiso salir. Decidió irse a estudiar porque su sueño era formarse como maestro y ni modo, le quitaron la vida', explica afligido su padre en su diminuta casa de dos cuartos.
Vecinos, amigos y compañeros estudiantes han ido llegando a la vivienda de color azul de la familia de Alexander desde que el sábado se conoció que es el primero de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre del que hay pruebas de su muerte.
En su memoria prepararon un pequeño altar con velas, varias fotografías del muchacho y una playera de fútbol, su gran pasión junto a la lectura, recuerdan.
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Los restos del joven fueron encontrados en la misma zona donde sicarios de un cártel narcotraficante declararon haber asesinado a los 43 jóvenes e incinerado sus cuerpos.
La identificación fue realizada por un prestigioso laboratorio de Austria y ahora su padre está a la espera de que le envíen los restos de su hijo, apenas un hueso y una muela, para darles sepultura.
'No era un animal'
Alexander era estudiante de primer curso de Magisterio de la escuela rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa (Guerrero), a 150 km de El Pericón. En este reconocido centro público de ideología socialista se forman maestros que después se encargarán de dar clases en áreas rurales de Guerrero, uno de los estados más pobres del país.
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En la escuela de Ayotzinapa, de donde los estudiantes suelen salir con un empleo, 'estaba bien porque es una escuela de gente humilde, pobre. Ellos no pagaban renta, solo trabajaban en algunas siembras para mantenerse', explica su hermana.
'¡Queremos justicia!'
La familia de Alexander reclama que se castigue al detenido alcalde de Iguala, acusado de trabajar para Guerreros Unidos y de ordenar el ataque por temor a que los jóvenes sabotearan un evento público de su esposa.
Su padre también exige la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto 'porque no sirve para gobernar, encubre a los maleantes, no hace justicia con los desaparecidos'.
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A la espera de que lleguen los restos de su hijo, que calcula que puede tardar unas dos semanas, Ezequiel Mora se muestra dispuesto a seguir batallando para que haya justicia para Alexander y se encuentre a sus 42 compañeros.
'Hay que hacer justicia. Vamos a seguir luchando', asegura.