La comunidad internacional afrontaba ayer su última oportunidad para evitar un fracaso en las negociaciones de la COP25 en Madrid que asestaría un duro golpe a los esfuerzos contra la urgencia climática.
Los casi 200 países que participan en esta conferencia de la ONU seguían estudiando cerca de la medianoche un nuevo borrador presentado por la presidencia chilena, después de que la propuesta anterior fuera ampliamente rechazada por estar muy lejos de la firme respuesta que reclama la ciencia para frenar el calentamiento.
Después de dos semanas de negociaciones y de repetidos llamamientos de la ciudadanía liderada por la adolescente sueca Greta Thunberg, la comunidad internacional sigue examinando si está dispuesta a elevar la “ambición” en 2020, esto es, las metas de cada país de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Al ritmo actual, la temperatura mundial podría aumentar en 4 o 5 ºC a finales de siglo respecto a la era preindustrial, comprometiendo el futuro de las jóvenes generaciones.
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Los objetivos planteados en el Acuerdo de París de 2015 son insuficientes para limitar el calentamiento a +1.5 ºC, un umbral que según los científicos permitiría contener sus efectos devastadores. “Estamos muy contentos porque (...) tuvimos un apoyo rotundo para ir por más ambición, que es lo que esta presidencia ha solicitado”, afirmó el coordinador chileno Andrés Landerretche al poner sobre la mesa la nueva propuesta.
Afirmó que la pelota está ahora en el campo de los países participantes, cuyas delegaciones negocian de forma ininterrumpida desde el viernes por la mañana.
Claves Encuentro. La COP25 en Madrid ha cobrado una especial relevancia por tratarse de la última negociación climática mundial antes de la entrada en vigor del Acuerdo París, que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta crezca por encima de 1.5 grados en este siglo para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento.
Ambición. Las principales diferencias que continúan separando a muchos países e impidiendo el acuerdo se centran en la ambición climática; algunos, liderados por la Unión Europea, inciden en la importancia de que todos los Estados que se han sumado al Acuerdo de París revisen al alza el próximo año sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
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“Es imposible marcharse de esta COP sin un mensaje fuerte sobre la ambición”, había reaccionado la ministra finlandesa de Medio Ambiente, Krista Mikkonen, en nombre de la Unión Europea que, junto a los países más vulnerables, puja por un compromiso firme contra el calentamiento.
México, Argentina y Uruguay denunciaron que en el borrador se retirarán referencias a la importancia de tener en cuenta los derechos humanos y la protección de los pueblos indígenas en las acciones climáticas.
A la vez, las naciones en desarrollo multiplican sus pedidos a los países ricos para que cumplan su compromiso de ayudarles financieramente a mitigar y adaptarse al cambio climático.
Tras dos semanas de arduas discusiones intensificadas para intentar llegar a un acuerdo, el agotamiento de los negociadores en la cumbre hace que los países más “vulnerables” (con menos recursos) se sientan en inferioridad de condiciones.
Estas naciones tienen “muchos menos representantes” para debatir en las reuniones.