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El kilogramo deja de ser un kilo, pero nada cambia en la vida diaria

  • 17 noviembre 2018 /

El Organismo Internacional de Medidas y Pesos redefine kilogramo, amperio, kelvin y mol, unidades fundamentales del Sistema Internacional que entrarán en vigencia en 2019.

Versalles, París

Científicos de todo el mundo votaron en Versalles (junto a París) redefinir cuatro de las siete unidades básicas del Sistema Internacional (SI), lo cual supondrá, entre otras cosas, abandonar el cilindro que ha servido más de un siglo como prototipo internacional del kilogramo.

A partir del 20 de mayo de 2019, Día Mundial de la Metrología, cuando entre en vigor el nuevo sistema, la unidad básica de peso (kilogramo) no estará definida por el cilindro atesorado desde hace 130 años a las afueras de París, sustituido ahora por una fórmula matemática.

El kilo era el último superviviente definido por un objeto físico, un cilindro de platino e iridio conocido como el “Gran Kilo” que, según los científicos, había perdido, por motivos desconocidos, 50 microgramos, por lo que ya no tenía la fiabilidad que se le suponía.

A partir de ahora, el kilo se definirá en relación con la constante de Planck, central en la teoría de la mecánica cuántica y que debe el nombre a uno de sus padres, el físico y matemático alemán Max Planck.

Junto a la unidad básica de peso, la 26 Conferencia General de Pesos y Medidas acordó redefinir otras tres unidades más en función de constantes universales invariable: el amperio, el kelvin y el mol, mientras que el metro y la candela no cambian pero se reformulan sus definiciones.

Se trata de la mayor revisión del SI desde su instauración en 1960 en la 11 edición de la Conferencia, cuando amplió y reformó el sistema métrico decimal, legado de la Revolución Francesa. Originalmente las unidades de medida se determinaban a partir de objetos físicos o propiedades de materiales, pero estos pueden cambiar con el tiempo o en diferentes entornos, por lo que en el último siglo se han ido sustituyendo por constantes físicas.

Otros cambios

El kilo era la única unidad que aún se basaba en el conocido como “Gran K”, un cilindro de platino e iridio custodiado en Sèvres (a 14 kilómetros de París) y que había sido durante 130 años el patrón del kilo y el referente universal para medir cualquier peso.

Todo, desde las balanzas en las cocinas hasta las pesas en los gimnasios en todo el mundo, ha sido fabricado según el estándar establecido por este cilindro, el cual ha estado resguardado en una bóveda de máxima seguridad en la capital francesa desde 1889. Aunque el valor del kilogramo no cambiará, la redefinición utilizando una constante asegurará que este se mantenga exacto y permitirá que se realicen mediciones de masa más precisas en el futuro.

Los delegados de los 60 Estados Miembros de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas con derecho a voto decidieron que le ha llegado la hora de jubilarse, lo que marca el fin definitivo de la relación entre el SI y los objetos físicos.

-Otros cambios- Además del kilo, el Congreso se pronunció sobre la redefinición de tres unidades más en función de constantes universales invariables.

El amperio (unidad de corriente eléctrica) se mida en función de la carga elemental y que el kelvin (unidad de temperatura) lo haga con base en la constante de Boltzmann. Finalmente, el mol (unidad utilizada para expresar la cantidad de sustancia) se establecerá en relación con la constante de Avogadro.

El establecimiento del resto de unidades (el segundo, el metro y la candela) no cambiará, pero se revisa la forma en que se escriben sus definiciones para que sean coherentes con las nuevas. Aunque a veces imperceptibles en la vida cotidiana, los cambios en el SI conllevarán mejoras en múltiples ámbitos.

Por ejemplo, más precisión en la administración de medicamentos, en resultados de análisis médicos, en los sistemas de navegación por satélite, en competiciones deportivas o en los mercados bursátiles.

-Era necesario el cambio- “Es anacrónico que lo que tenemos como referencia de kilogramo sea un artefacto del siglo XIX”, dijo José Ángel Robles, director científico del Centro Español de Metrología. La pesa física ha experimentado fluctuaciones de unos 50 microgramos. Aunque sea un peso casi despreciable para la mayoría de mortales (es la presión que podría ejercer en tu mano un copo de nieve), para los científicos, que trabajan cada vez con tecnología más precisa, puede suponer una gran diferencia.

-Qué será exactamente un kilo a ahora-

Esta medida arbitraria, establecida en 1889, cambiará por la constante de Planck, una constante física considerada invariable, con un valor adimensional y universal que puede ser reproducida en un laboratorio sin estar sujeta a un objeto físico. “Definir el kilogramo en términos de constantes físicas fundamentales asegurará su estabilidad a largo plazo y, por lo tanto, su confiabilidad, que actualmente está en duda”.

- Cómo me afectará la redefinición-

A efectos prácticos, todos los expertos coinciden: nuestras vidas cotidianas, en principio, no se verán afectadas. Ni tan siquiera la de los científicos. Los únicos que notarán las consecuencias de la redefinición del kilogramo y de las demás unidades básicas del SI serán los Institutos Nacionales de Metrología para la calibración o los laboratorio de calibración, quienes en realidad solo tendrán que hacer pequeños ajustes -tan solo una vez- en sus aparatos, adaptando el valor de consenso de la Conferencia General de Pesos y Medidas. AFP