Redacción.
Más de un centenar de niños hondureños aún permanecen separados de sus padres tras ser detenidos en la frontera por las políticas de migración del presidente Donald Trump.
Armando Tábora de 37 años, es un hondureño que dejó el país hace más de una década en busca del sueño americano y actualmente está viviendo una pesadilla.
Su hija está en un centro de detención de inmigrantes del gobierno desde hace más de tres meses, y no ha logrado poder sacarla pese a varios intentos.
El hondureño perdió el temor a ser deportado y fue a una oficina del gobierno para entregar sus huellas dactilares, y documentos requeridos a todos los inmigrantes que intentan recuperar a niños bajo custodia del gobierno.
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Su esfuerzo fue en vano y es que las autoridades le solicitaron llevar a su arrendadora para que ella también presentara sus huellas dactilares, la mujer que le alquila un cuarto en su casa se negó rotundamente.
Tábora que se desempeña como jardinero en Florida, solicitó ayuda a sus amigos que viven legalmente en el país, sin embargo, sus esfuerzos no dieron frutos.
En EEUU más de 2,300 niños, en su mayoría de México y de Centroamérica, fueron separados de sus familiares desde abril pasado como resultado de la aplicación de la política de 'Tolerancia cero' desarrollada por el presidente Trump, pero la presión interna e internacional llevaron al mandatario a suspenderla en junio.
