22/04/2024
12:46 AM

Martinelli es trasladado de nuevo a prisión tras salir del hospital en Panamá

  • 14 junio 2018 /

El expresidente de Panamá fue extraditado el lunes desde EEUU, donde estuvo un año detenido.

Ciudad de Panamá.

El expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, volvió este jueves a prisión tras ser hopitalizado por sufrir una crisis de hipertensión el mismo día que fue extraditado desde Estados Unidos para enfrentar la justicia de su país por cargos de espionaje.

Martinelli llegó fuertemente escoltado a la cárcel El Renacer, a orillas del Canal de Panamá. Imagenes del canal Telemetro mostraron al expresidente con una camiseta blanca y una botella de agua, mientras era saludado por policías en el penal.

El exgobernante fue recluido el lunes pasado en el hospital público Santo Tomás, y volvió a prisión después de que médicos forenses de la fiscalía estimaran que 'la condición clínica actual del señor Ricardo Martinelli es estable'.

Martinelli fue extraditado el lunes desde Estados Unidos, donde estuvo un año detenido, para enfrentar cargos en Panamá por supuestamente espiar a unos 150 opositores a su gobierno (2009-2014).

Lea más: Nicaragua paralizada en espera de reinicio de diálogo

Ese mismo día, después de varias horas en la cárcel, el exmandatario dijo sentirse mal durante una audiencia. Poco después fue trasladado al hospital con problemas de hipertensión y arritmia.

La Corte Suprema de Justicia de Panamá, encargada del proceso por su condición de diputado del Parlamento Centroamericano, también investiga a Martinelli por otra veintena de casos de corrupción.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, pidió el miércoles no politizar la extradición de Martinelli.

'Este es un caso judicial netamente, que no se politice el tema y que se permita que la justicia haga su trabajo', dijo Varela.

Martinelli denunció en la audiencia del lunes violaciones a sus derechos humanos y al proceso judicial, y culpa al presidente Varela -antiguo aliado suyo- de llevar a cabo una 'vendetta' en su contra.

Las víctimas de los presuntos pinchazos telefónicos sospechan que el exgobernante, de 66 años, trata de librarse de la cárcel con artimañas legales y temen que los delitos que se le imputan queden impunes.