El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, brindaron anoche por su inesperada amistad en una cena de Estado organizada por la primera dama estadounidense, Melania Trump, en honor al dirigente galo.
'En ambos lados del océano, hace unos dos años, muy pocos habrían apostado a que estuviéramos hoy aquí juntos', dijo Macron en su turno del brindis. 'Muchos -añadió- hablan sobre nuestra amistad, pero creo que eso nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos'.
Macron destacó que esta alianza renovada entre Francia y EEUU ya ha permitido, por ejemplo, el ataque de hace dos semanas de la mano del Reino Unido al Gobierno de Bachar al Asad en Siria.
Trump, por su parte, también aludió a la 'larga historia' de amistad entre las dos potencias: 'Que nuestra amistad crezca aún más, que nuestro alianza sea aún más fuerte, y que nuestra sagrada libertad nunca muera'.
En los últimos tres días, Trump y Macron se mostraron muy cercanos frente a las cámaras en un evidente intento de consolidar la relación entre ambos líderes.
Rompiendo el protocolo de la visita formal, el magnate le quitó ayer 'la caspa' del hombro a su homólogo francés mientras se dirigía a la prensa. 'Tenemos que hacer que esté perfecto. Él es perfecto', añadió inmediatamente.
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Este es el segundo episodio curioso en cuanto al contacto físico entre los líderes de EEUU y Francia, después del ampliamente comentado y largo apretón de manos que ambos compartieron al conocerse en una cumbre de la OTAN en mayo de 2017.
El presidente francés, que llegó el lunes a Washington, mantuvo ayer una reunión bilateral y una conferencia de prensa con Trump, seguida de una visita al Departamento de Estado y una cena de Estado esa misma noche; y hoy dio un discurso ante el Congreso. EFE