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Las escalofriantes palabras del reo ejecutado por matar a sus hijas

  • 06 febrero 2018 /

Texas ejecutó a un hombre que mató a sus dos hijas por vengarse de su exmujer, a quien dedicó sus últimas palabras.

Texas, Estados Unidos.

El estado de Texas (EEUU) ejecutó el viernes a John Battaglia por los asesinatos en 2001 de sus dos hijas de 6 y 9 años, crímenes que cometió para vengarse de su exmujer.

A Battaglia, un hombre blanco de 62 años, lo declararon muerto a las 21.40 hora local (03.40 GMT del viernes) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville, cercana a Houston, notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.

El 2 de mayo de 2001 Battaglia asesinó a sus hijas Mary Faith y Liberty, de 9 y 6 años respectivamente, durante una visita concertada para que las niñas cenaran en su casa de Dallas (Texas).

Hacía poco que Battaglia se había enterado que su exmujer, Mary Jean Pearle, lo había denunciado por amenazas, lo que equivalía a una violación de su libertad condicional que podía llevarlo de vuelta a la cárcel.

Ese 2 de mayo de 2001, Battaglia recogió a las niñas en un parque de Dallas en el que Pearle las había dejado para la visita concertada y se las llevó a su casa.

Al rato, se puso en contacto por teléfono con la mamá de las niñas e hizo que Mary Faith, la mayor, le preguntara: 'Mami, ¿por qué quieres que papi vaya a la cárcel?'.

Fue entonces cuando Battaglia las mató, con Pearle al otro lado del teléfono escuchando los disparos que acabaron con la vida de las pequeñas Mary Faith y Liberty.

'Te veré más tarde'

Battaglia ya había huido cuando la Policía llegó al apartamento y encontró los cadáveres, pero lo detuvieron horas después en un salón de tatuajes después de que se grabara dos rosas en el brazo simbolizando a las niñas que acababa de asesinar.

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Poco antes de recibir la inyección letal, Battaglia volvió a acordarse de su exesposa, igual que ese 2 de mayo de 2001, que había acudido a Huntsville para presenciar su ejecución.

'Bueno, hola, Mary Jean. Los veré más tarde. Adiós. Adelante, por favor', dijo. Cerró los ojos un momento y, poco después de que se le administrara la inyección letal, miró al capellán a los pies, sonrió y preguntó: '¿Sigo vivo? Oh, aquí, lo noto', dijo, 22 minutos después falleció.

La de Battaglia fue la segunda ejecución de la semana en Estados Unidos y la tercera del año, todas ellas ocurridas en Texas. EFE