San Diego, EUA. Fuentes fue separado de su hijo de un año de edad, tras cruzar la frontera pidiendo asilo Foto Pueblo sin Fronteras
Con la creciente ola de inmigrantes centroaméricanos que buscan el sueño Americano, son más las historias de familias separadas por agentes migratorios.
Así es el caso del salvadoreño José Demar Fuentes, quien fue separado de su hijo Mateo, de apenas un año de edad, tras cruzar la frontera San Ysidro (EUA) pidiendo asilo con un grupo de 35 centroamericanos.
Demar Fuentes fue detenido en Otay Mesa, San Diego y junto a otros tres padres de El Salvador y Honduras han denunciado que cada uno de ellos fue separado de sus respectivos hijos, sin una razón legal al respecto, el pasado jueves 16 de noviembre.
Mediante la organización Pueblo Sin Fronteras, Demar Fuentes contó como se llevaron a su hijo y ahora desconoce su estado.
Fuentes dijo que la semana pasada, los agentes llegaron varias veces a la celda donde estaba él y otros padres con sus hijos en San Diego. Todos ellos se habían entregado a las autoridades estadounidenses en la frontera para pedir asilo entre el 10 y el 13 de noviembre.
“Nosotros pedimos hablar por teléfono, con familiares, incluso con ustedes (Pueblo Sin Fronteras), pero nos dijeron que no había derecho alguno”, dijo el migrante. “Sin embargo vimos que en la pared hay un anuncio que dice que los hijos no serán separados de sus padres. Ese es un derecho y sin embargo nos lo violaron”.
El padre agregó que los agentes les dijeron que “el proceso sería más rápido”, pero que también no tenían opción y que los separarían “por las buenas o por las malas”.
“Nosotros lo que queremos es reunirnos con nuestros hijos”, dijo Demar Fuentes. “Mi hijo tiene un año y es duro pensar que no lo voy a ver en 6 meses…es duro, muy duro”.
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Alex Mensing, de Pueblo Sin Fronteras, dijo al diario La Opinion que los otros tres padres que estaban con José también fueron separados de sus hijos y que, cuando uno de ellos se resistió a las amenazas de las autoridades y abrazó a su hijo con fuerza, “literalmente se lo arrancaron de los brazos”.
“Es un niño de tres años, Roger, que fue arrancado a la fuerza de los brazos de su padre Eric”, apuntó Mensing. Eric es hondureño.
Otro padres sufrieron lo mismo; Carlos fue separado de su hijo de 12 años y Walter de su hija de cinco años.
Los activistas de Pueblo sin Fronteras denuncian que este caso va contra las propias políticas de la Patrulla Fronteriza: “CBP mantendrá la unidad familiar en la medida de lo posible y si no hay un requisito legal o un problema de seguridad que requiera la separación”.
Sin embargo, la organización denuncia que en las últimas semanas han recibido reportes de varios casos en los que los migrantes detenidos con hijos menores fueron separados de ellos.
Aunque no ha sido anunciado formalmente por las autoridades, es probable que estas nuevas medidas sean el cambio de política migratoria prometida en marzo por el entonces jefe de Seguridad Nacional (DHS) John Kelly, con el objetivo de desanimar a los migrantes centroamericanos que buscan cruzar la frontera de Estados Unidos.
