Los Ángeles, Estados Unidos.
Iris Acosta es una de las 57 mil hondureños beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) en los Estados Unidos.
Tras la eliminación del Daca por el gobierno de Donald Trump, Iris afirma que no duerme bien y siente que ha bajado su rendimiento laboral tras enterarse de que este programa migratorio también podría ser suspendido.
“Si a mí me quitan el TPS, qué voy hacer. Soy sobreviviente de cáncer y estoy bajo medicamentos gracias al seguro médico que me dan en mi trabajo como camarera de hotel”, dijo Acosta.
La hondureña formó parte de un grupo de activistas que pidió al concejo municipal de Los Ángeles, California (EUA), que apruebe una resolución que aboga por la renovación del TPS y la concesión de la residencia permanente a sus beneficiarios.
Ella recibió el TPS en 1998, cinco años después de llegar al país. “¿Qué va a pasar con nosotros? Si a los Daca, que son más estudiados, les quitaron ese alivio. Pido a la administración de Trump que se apiade. Somos gente trabajadora, no le pedimos nada, simplemente un permiso de trabajo”, agregó Acosta. En la manifestación, los activistas contaron con el apoyo del concejal Gil Cedillo, quien presentó ante el Comité de Reglas del concejo de esta ciudad una resolución a favor de los beneficiarios del TPS, que se calcula se ha otorgado a unas 430,000 personas en EUA.
“El fútbol político que Donald Trump juega con miles de inmigrantes debe parar ya”, expresó Gil Cedillo. “Debemos dejar bien claro, de parte de la ciudad y el estado (de California), que debemos tener una reforma migratoria integral”, señaló el concejal.
Entretanto, sigue la incertidumbre sobre la extensión del TPS para los hondureños, que de ser aprobada debería anunciarse en noviembre próximo.
Iris Acosta es una de las 57 mil hondureños beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) en los Estados Unidos.
Tras la eliminación del Daca por el gobierno de Donald Trump, Iris afirma que no duerme bien y siente que ha bajado su rendimiento laboral tras enterarse de que este programa migratorio también podría ser suspendido.
“Si a mí me quitan el TPS, qué voy hacer. Soy sobreviviente de cáncer y estoy bajo medicamentos gracias al seguro médico que me dan en mi trabajo como camarera de hotel”, dijo Acosta.
La hondureña formó parte de un grupo de activistas que pidió al concejo municipal de Los Ángeles, California (EUA), que apruebe una resolución que aboga por la renovación del TPS y la concesión de la residencia permanente a sus beneficiarios.
Ella recibió el TPS en 1998, cinco años después de llegar al país. “¿Qué va a pasar con nosotros? Si a los Daca, que son más estudiados, les quitaron ese alivio. Pido a la administración de Trump que se apiade. Somos gente trabajadora, no le pedimos nada, simplemente un permiso de trabajo”, agregó Acosta. En la manifestación, los activistas contaron con el apoyo del concejal Gil Cedillo, quien presentó ante el Comité de Reglas del concejo de esta ciudad una resolución a favor de los beneficiarios del TPS, que se calcula se ha otorgado a unas 430,000 personas en EUA.
“El fútbol político que Donald Trump juega con miles de inmigrantes debe parar ya”, expresó Gil Cedillo. “Debemos dejar bien claro, de parte de la ciudad y el estado (de California), que debemos tener una reforma migratoria integral”, señaló el concejal.
Entretanto, sigue la incertidumbre sobre la extensión del TPS para los hondureños, que de ser aprobada debería anunciarse en noviembre próximo.
