Texas, Estados Unidos
Lo peor está por venir. Así definieron las autoridades estadounidenses el impacto de la tormenta Harvey en el sur del país, donde ya dejó 10 muertos y decenas de heridos en Texas y ahora se enfila hacia Luisiana, donde el Gobierno de Donald Trump ya decretó el estado de emergencia.
Las masivas inundaciones provocadas por la tempestad, que se estacionó en Houston por tres días, dejaron a la cuarta ciudad más grande del país bajo el agua con miles de personas atrapadas en sus hogares, luego de que las autoridades decidieran no emitir una alerta de evacuación obligatoria.
El Servicio Metereológico Nacional pronosticó lluvias para el resto de la semana en Houston que podrían dejar hasta 1 metro y 30 centímetros de precipitaciones. Además, se emitió alerta de tornados en varios condados del estado.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, activó ayer a la Guardia Nacional con un total de 12,000 militares desplegados para colaborar en las tareas de rescate. “Es imperativo que hagamos todo lo posible para proteger la vida y seguridad de las personas a lo largo del Estado”, declaró Abbott.
El presidente Donald Trump recorrerá este martes las zonas afectadas y anticipó un “largo y difícil camino” hacia la recuperación. “Nunca hubo nada parecido”, dijo el mandatario sobre las torrenciales lluvias que azotan la costa del estado de Texas, desatadas desde que Harvey tocara tierra el viernes, degradándose de huracán categoría cuatro a tormenta tropical.
“Es histórico”, agregó, mientras Harvey, ya degradado a tormenta tropical se fortalecía en el Golfo de México, desde donde viajará paralelo a la costa texana para luego reingresar a tierra en algún punto entre Texas y Louisiana el miércoles, según el pronóstico.
Ayer, dos diques de la ciudad de Houston amenazaban con desbordarse, por lo que se decidió desagotar parte en un río para controlar lo más posible la dirección de las inundaciones. Sin embargo, la amenaza principal sigue siendo el aumento de las aguas. Houston, de unos 2.3 millones de habitantes, estaba ayer en una calma inusual ante la ausencia de tráfico. Vastas zonas estaban anegadas y las tiendas permanecían cerradas, con las aceras desiertas. La Policía advirtió de posibles saqueos por quienes buscan aprovechar el caos. Cuatro personas fueron arrestadas por robos.
Harvey es el peor huracán que ha golpeado a Estados Unidos desde Katrina, que en 2005 causó una catástrofe humanitaria con más de 1,800 muertos.
