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Arqueólogos hallan restos de edificio ceremonial azteca en Ciudad de México

  • 12 julio 2017 /

Los restos arquitectónicos serán expuestos durante la rehabilitación del esapcio público.

Ciudad de México.

Arqueólogos mexicanos descubrieron restos de una subestructura mexica (azteca) que debió ser parte de la delimitación del espacio sagrado del calpulli de Cuezcontitlan, en la Ciudad de México, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.

La arqueóloga Donají Montero Guzmán, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, afirmó que hace poco más de un mes se rescataron estos restos arquitectónicos que quedaron expuestos durante la rehabilitación que realiza la Autoridad del Espacio Público en la capital.

'Había pocas expectativas de encontrar elementos arquitectónicos prehispánicos; por el contrario, pensábamos hallar más evidencias de la época colonial considerando que a fines del virreinato hubo mayor urbanización hacia esta sección suroriente de la ciudad', expresó.

La arqueóloga consideró que los restos debieron corresponder a un basamento sobre el que se asentaban habitaciones destinadas, posiblemente, a cuestiones administrativas o religiosas por parte de la élite de ese barrio.

Un calpulli, que podría traducirse como 'casa grande', era una unidad social compleja propia de la sociedad mexica y situada en la ciudad de Tenochtitlan, a partir de la cual se formaban barrios que estaban divididos en calles o tlaxilacallis.

Foto: La Prensa

Fotografía cedida ayer 11 de julio de 2017, por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de un hallazgo arqueológico en Ciudad de México (México). EFE/INAH/SOLO USO EDITORIAL/NO VENTAS.
El calpulli de Cuezcontitlan era estratégico, pues permitía una rápida y eficaz distribución de productos agrícolas en las parcialidades de Teopan, en el sur de la capital mexicana, y Moyotlan, en el norte.

'Tenemos aproximadamente 25 metros cuadrados de la estructura prehispánica, entre muros y piso', calculó Montero.

La investigadora añadió que es complicado conocer las dimensiones y la planta general de la subestructura mexica; no obstante, se sabe que contó al menos con dos cuerpos y que tuvo una cenefa similar a la que circunda el Templo de Ehécatl.



Por la presencia de fragmentos de cerámica Azteca III y IV (1430-1521 d.C.), la experta infirió que este edificio estuvo activo a lo largo de ese periodo, el de mayor expansión militar y comercial del imperio mexica.

Una vez recuperada la mayor cantidad de información, los restos arquitectónicos quedarán debidamente protegidos para permitir la continuidad del proyecto de rehabilitación. Además sobre ellos no quedará mobiliario urbano que los pueda afectar, indicó el INAH.