Washington, Estados Unidos.
Cuando James Comey, el exdirector del FBI, despdido por el presidente Donald Trump, tenía 15 años fue retenido por un criminal apodado 'Ramsey el violador', pero afortunadamente logró escapar, eso dice que lo hizo mejor fiscal.
Es metodista, que creció en una familia de origen irlandés. Tiene cinco hijos y el brutal episodio que vivió marcó su vida: un criminal apodado Ramsey el violador lo retuvo a él y su hermano pequeño a punto de pistola en su casa de Nueva Jersey, ambos lograron escapar, pero volvió a perseguirles.
Se sabe que recordó a aquel hombre cada día de su vida durante años, que aquel episodio -le hizo hecho mejor fiscal, que le ayudó a entender a las víctimas. Y se sabe también que toma notas de las reuniones, que así lo ha hecho de las conversaciones con Trump, que lo expulsó del cargo con la justificación de que no estaba haciendo bien su trabajo y le amenazó con revelar charlas grabadas.
El exdirector del FBI ha puesto a la Administración Trump en jaque, sobre todo con sus declaraciones ante el Senado.
'No sé por qué fui despedido. Tomo al presidente por su palabra de que fui despedido por la forma en la que dirigía la investigación rusa y la presión que esto ejercía sobre él', afirmó Comey en su esperada comparecencia en el Comité de Inteligencia del Senado.
Comey opinó hoy que posiblemente Trump 'estaba frustrado porque la investigación de Rusia estaba tomando demasiado tiempo y energía en la esfera pública'.
Su nombre ya está inscrito en la historia de la política estadounidense, donde permanecerá vinculado a la controversia. Es el exdirector, quien deseó hoy que 'hayan cintas' que documenten sus encuentros con el presidente de EUA, Donald Trump, quien insinuó hace semanas en Twitter que esas conversaciones se podían haber grabado.
'He visto esos tuits. Dios mío, espero que haya cintas', exclamó Comey al ser preguntado al respecto durante su esperada audiencia de hoy ante el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense.
Comey añadió además que no es su papel indicar si Trump incurrió en el delito de obstrucción de justicia al hacerle sugerencias sobre cómo realizar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa.
'No pienso que yo deba decir si las conversaciones que tuve con el presidente fueron obstrucción de justicia. Fue una cosa muy perturbadora, desconcertante', se limitó a comentar el exdirector del FBI durante la audiencia.
Marco territorio
Los primeros meses de la Administración Trump y el fantasma de la trama rusa se han convertido en un partida de ajedrez. Y el último movimiento, la filtración de una nota del propio Comey, revelando supuestas presiones del presidente Trump para cerrar la investigación sobre Michael Flynn, adquieren mimbres de jaque al rey.
Fue el número dos en Justicia con Bush hijo, marcó territorio al negarse a autorizar un programa de grabaciones secretas que funcionarios le presionaban a bendecir.
Es uno de los gestos que le sirvió para ganarse la confianza de los demócratas y que llevó a Barack Obama a ponerle al mando de los federales en 2013. “No le importa la política, solo le importa hacer su trabajo”, dijo Obama en una ocasión. El País/Agencias
Cuando James Comey, el exdirector del FBI, despdido por el presidente Donald Trump, tenía 15 años fue retenido por un criminal apodado 'Ramsey el violador', pero afortunadamente logró escapar, eso dice que lo hizo mejor fiscal.
Es metodista, que creció en una familia de origen irlandés. Tiene cinco hijos y el brutal episodio que vivió marcó su vida: un criminal apodado Ramsey el violador lo retuvo a él y su hermano pequeño a punto de pistola en su casa de Nueva Jersey, ambos lograron escapar, pero volvió a perseguirles.
Se sabe que recordó a aquel hombre cada día de su vida durante años, que aquel episodio -le hizo hecho mejor fiscal, que le ayudó a entender a las víctimas. Y se sabe también que toma notas de las reuniones, que así lo ha hecho de las conversaciones con Trump, que lo expulsó del cargo con la justificación de que no estaba haciendo bien su trabajo y le amenazó con revelar charlas grabadas.
El exdirector del FBI ha puesto a la Administración Trump en jaque, sobre todo con sus declaraciones ante el Senado.
'No sé por qué fui despedido. Tomo al presidente por su palabra de que fui despedido por la forma en la que dirigía la investigación rusa y la presión que esto ejercía sobre él', afirmó Comey en su esperada comparecencia en el Comité de Inteligencia del Senado.
Comey opinó hoy que posiblemente Trump 'estaba frustrado porque la investigación de Rusia estaba tomando demasiado tiempo y energía en la esfera pública'.
Su nombre ya está inscrito en la historia de la política estadounidense, donde permanecerá vinculado a la controversia. Es el exdirector, quien deseó hoy que 'hayan cintas' que documenten sus encuentros con el presidente de EUA, Donald Trump, quien insinuó hace semanas en Twitter que esas conversaciones se podían haber grabado.
'He visto esos tuits. Dios mío, espero que haya cintas', exclamó Comey al ser preguntado al respecto durante su esperada audiencia de hoy ante el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense.
Comey añadió además que no es su papel indicar si Trump incurrió en el delito de obstrucción de justicia al hacerle sugerencias sobre cómo realizar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa.
'No pienso que yo deba decir si las conversaciones que tuve con el presidente fueron obstrucción de justicia. Fue una cosa muy perturbadora, desconcertante', se limitó a comentar el exdirector del FBI durante la audiencia.
Los estadounidenses sigueron en vivo la transmisión de la comparecencia de Comey.
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Marco territorio
Los primeros meses de la Administración Trump y el fantasma de la trama rusa se han convertido en un partida de ajedrez. Y el último movimiento, la filtración de una nota del propio Comey, revelando supuestas presiones del presidente Trump para cerrar la investigación sobre Michael Flynn, adquieren mimbres de jaque al rey.
Fue el número dos en Justicia con Bush hijo, marcó territorio al negarse a autorizar un programa de grabaciones secretas que funcionarios le presionaban a bendecir.
Es uno de los gestos que le sirvió para ganarse la confianza de los demócratas y que llevó a Barack Obama a ponerle al mando de los federales en 2013. “No le importa la política, solo le importa hacer su trabajo”, dijo Obama en una ocasión. El País/Agencias
| El exdirector del FBI, James Comey, habló ante los miembros del Senado.
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