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Hombre mata a su familia por unas monedas de oro

  • 07 marzo 2017 /

El caso de una familia desaparecida hace varios semanas se ha resuelto en Francia.

París, Francia.

Un excuñado de Pascal Troadec, el padre de la familia francesa que desapareció sin dejar rastro el pasado 16 de febrero, ha confesado ser el autor del cuádruple asesinato, informó el Fiscal de Nantes (noroeste del país).

El homicida confeso y su expareja, la hermana de Troadec, fueron detenidos ayer en Brest, en el extremo occidental de Bretaña.

El móvil del asesinato de la familia Troadec fue supuestamente por un pleito que desde hace años tenían por unas monedas de oro de una herencia, según la fiscalía.

El fiscal de Nantes, Pierre Sennès, explicó en conferencia de prensa que Hubert Caouissin confesó haber matado con una palanca a su cuñado, Pascal Troadec (49 años), a la esposa de éste, Brigitte (49), y a los dos hijos, Sébastien (21) y Charlotte (18), en la casa de éstos en la localidad de Orvault, en el oeste de Francia.

Los investigadores tratan ahora de localizar los cuerpos de esas cuatro personas, que según el asesino confeso, fueron despedazados y en parte incinerados antes de ser enterrados, señaló Sennès.

El autor del crimen -que podría ser condenado a cadena perpetua- había acudido a la casa de los Troadec en Orvault con ánimo de espiar, para intentar dar con las monedas de oro que sospechaba que su cuñado se había apropiado indebidamente en una herencia familiar.

Acudió con un estetoscopio para captar las conversaciones en el interior de la vivienda de los Troadec, y después de que se hiciera de noche, se introdujo en el garaje, donde estuvo escondido hasta que pensó que todos estaban dormidos.

Del garaje pasó a la vivienda para buscar una llave que le daría acceso a las piezas de oro, pero, alertado por el ruido, Pascal Troadec bajó de su habitación armado con una palanca, se encontró a su cuñado y en el forcejeo que se produjo entre ambos el intruso le quitó la herramienta y lo mató con ella.

A continuación, hizo lo mismo con la madre y con los dos hijos antes de escapar y desplazarse a su propio domicilio en el extremo occidental de Bretaña, a unos 300 kilómetros de Orvault, donde le contó todo a su esposa. La noche del día siguiente volvió a la escena del crimen para llevarse los cadáveres y borrar pistas.EFE