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Tom Pérez, elegido para enfrentar y frenar a Trump

  • 25 febrero 2017 /

    WASHINGTON. Los miembros del Partido Demócrata eligieron ayer a Tom Pérez como su nuevo líder, el primer hispano que dirigirá la formación con una hoja de ruta clara: hacer frente al presidente Donald Trump y reorganizar las bases para intentar recuperar la mayoría en las próximas elecciones. Pérez es muy cercano al exmandatario Barack Obama, de quien fue su secretario de Trabajo. El mismo Obama, que cedió el poder el 20 de enero, felicitó inmediatamente a su “amigo” y dijo estar convencido de que Pérez será capaz de reunificar al partido y “preparar el terreno para una nueva generación de líderes demócratas”.

    Perez fue elegido presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC) con 235 votos a favor de los 435 en juego. El candidato del “establishment” demócrata tendió en seguida la mano a su rival más fuerte Keith Ellison, que obtuvo 200 votos, convirtiéndole en su número dos.

    El nuevo líder demócrata, cuyo nombre sonó como posible vicepresidente de Hillary Clinton en caso de victoria, hizo un llamamiento a la unidad, afirmando que su nombramiento es un punto de inflexión en la historia del partido. “Nos preguntarán: ‘¿Dónde estaban en 2017 cuando tuvimos al peor presidente de la historia de EUA?’ Y seremos capaces de responder que reunimos al Partido Demócrata y que ese presidente sólo tuvo un mandato”, declaró.

    El presidente de una formación en EUA no tiene la misma función que en otras democracias. No es la cara visible de la oposición -ese rol suelen asumirlo los líderes de los grupos en el Congreso- y tampoco fija las prioridades del partido. Su labor consiste principalmente en recaudar fondos y promover los actos del partido a nivel nacional, además de organizar el funcionamiento de la formación a nivel territorial y gestionar las bases de datos de electores. Su función es sobre todo crucial durante las primarias presidenciales, ya que debe garantizar la transparencia y la imparcialidad.

    Pero tras la derrota de Clinton en noviembre, la elección del líder del DNC ha suscitado más atención de la habitual. Muchos militantes quieren que el nuevo presidente sea la voz cantante en contra de Trump de manera más mediática y fuerte.

    “Necesitamos a un líder que no solo pueda pelear contra Donald Trump, sino que hable nuestro mensaje positivo de inclusión y oportunidad”, dijo al aceptar el liderazgo del Partido Demócrata, una posición que parecía un espejismo para Pérez hace apenas una década.

    Su ascenso. Hijo de inmigrantes dominicanos y criado en una zona obrera de Buffalo, en el estado de Nueva York, Pérez se define a sí mismo como un “especialista en el cambio”, un tecnócrata capaz de devolver al Partido Demócrata relevancia a nivel local y conexión con los jóvenes y la clase trabajadora, responsable del triunfo de Trump.

    Ha sido, sin embargo, percibido como el candidato de la continuidad porque fue miembro del gabinete del expresidente Barack Obama y había sido respaldado por miembros del equipo del antiguo mandatario, como el exvicepresidente Joe Biden, uno de los rostros más populares del partido. Esa visión como parte del “establishment” (el aparato) del partido se vio reforzada por el respaldo que Pérez dio a Hillary durante el proceso de primaras y por el hecho de que ella luego le consideró como candidato a la vicepresidencia, puesto que acabó en manos del senador Tim Kaine.

    Con el fin de desterrar esa imagen y seducir a los progresistas del senador Bernie Sanders, lo primero que hizo Pérez después de ser nombrado nuevo líder de los demócratas fue tender la mano a Ellison, afroamericano, musulmán y que había surgido con fuerza como el mayor contrincante de Pérez. En un mensaje en Twitter, se dirigió a Trump y prometió que él, Ellison y el resto de los demócratas del país se convertirán en “la peor pesadilla” del presidente Trump.

    Como director de la división la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia (2009-2013), Pérez capitaneó un informe en el que denunciaba políticas discriminatorias y prácticas de perfil racial en detenciones y arrestos de conductores latinos en un condado de Arizona, jurisdicción del polémico alguacil Joe Arpaio. Además, como parte del Departamento de Justicia, logró bloquear las leyes de identificación de votantes propuestas por los estados de Carolina del Sur (2011) y Texas (2012), en las que muchos veían un intento de disuadir el voto de las minorías. En 2013 pasó a dirigir el Departamento de Trabajo y allí tomó medidas para ampliar el pago de las horas extra y permitir que los empleados federales que acaben de tener un bebé puedan tomarse 6 semanas de baja de maternidad o paternidad pagada, una medida que no logró expandir al resto del país.

    Obama lo describió en varias ocasiones como el ejemplo del “sueño americano” y de la idea de que EUA es “la tierra de las oportunidades” para aquellos que están dispuestos a esforzarse, hacer sacrificios e incluso a trabajar de basureros, como hizo Pérez para pagarse la universidad.