La muerte misteriosa de Kim Jong-nam, el hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-un, ha generado muchas preguntas y pocas respuestas.
La policía de Malasia confirmó que el hombre de 46 años fue asesinado el pasado lunes en un aeropuerto de Kuala Lumpur, crimen por el que dos mujeres y dos hombres han sido detenidos, el último ayer, y el único norcoreano.
Medios de comunicación de Corea del Sur aseguran que agentes de Corea del Norte estarían detrás de la muerte de Jong-nam. Las autoridades de Malasia han dicho que no entregarán el cuerpo del hermanastro del dirigente norcoreano mientras la familia no proporciona muestras de ADN para confirmar científicamente que se trata de Jong-nam.
Dato
Algunos castigos son temporales, como enviar a los funcionarios fuera de la capital, en ocasiones a granjas de trabajo, a modo de reeducación.
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“Por el momento, ningún miembro de la familia o allegado ha venido para identificar o reclamar el cuerpo.
Necesitamos muestras de ADN de un miembro de la familia para establecer el perfil de la persona fallecida”, declaró Abdul Samah Mat, jefe de la policía del Estado de Selangor, donde se encuentra el aeropuerto.
Pero la muerte de Kim Jong-nam no es la primera que se atribuye al régimen totalitario de Kim Jong-Un. Desde que asumió el poder (30 de diciembre de 2011) han trascendido ejecución de funcionarios de Pyongyang que han sido vistos como una amenaza a su autoridad y otros por razonas más simples.
Además, la hermética nación asiática tiene un largo historial de empleo de agentes en el extranjero para llevar a cabo asesinatos, ataques y secuestros.
Entre los ejecutados de más relevancia está Jang Sung-thaek, de 67 años, tío del joven autócrata y entonces número dos del régimen. ¿El motivo? Según el Pyongyang, por traición e intentar derribar el régimen. Además se le acusó por corrupción, juego, consumo de drogas, mujeriego, mala gestión de la economía, crear su propia facción dentro del partido y llevar “una vida disoluta y depravada”.
Otra de las ejecuciones notorias es la de Hyong Yong-col, exministro de Defensa; habría sido ajusticiado en abril de 2015 por quedarse dormido durante un desfile militar. También Choe Yong-gon, entonces viceprimer ministro por estar en desacuerdo con la política forestal del dictador. Así como Kim Yong-jin, antiguo responsable de la cartera de Educación, condenado a la muerte por sentarse de manera informal e irrespetuosa. Las ejecuciones se realizaron mediante métodos como el pelotón de fusilamiento o hasta con el uso de cañones antiaéreos.