La aviación siria volvió a bombardear este viernes el este de Alepo, y Rusia aseguró que la ofensiva durará hasta que los rebeldes abandonen la ciudad.
El ejército había suspendido sus bombardeos el jueves por la noche, cuando Moscú anunció una pausa para evacuar a los civiles, aunque no dejó de disparar cohetes contra los barrios rebeldes.
'Tras una pausa humanitaria [los ataques] se reanudaron y continuarán mientras haya bandidos en Alepo', dijo en Hamburgo el ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov.
Según Naciones Unidas, algunos grupos rebeldes y yihadistas impedían a los civiles abandonar la zona de combates y disparaban incluso contra los habitantes que huían.
El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, expresó además su preocupación por la información de que centenares de hombres que huían habrían desaparecido al llegar a zonas controladas por el régimen sirio.
Los combates se recrudecieron tras una breve pausa.
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Los países occidentales y las oenegés llevan semanas denunciando una grave crisis humanitaria y pidiendo un alto el fuego.
Sin tregua
Con los rebeldes controlando sólo una pequeña parte del este de Alepo, los observadores creen que la caída de la ciudad es ineluctable y podría marcar un hito en esta guerra que ha dejado 300.000 muertos desde 2011 y ha llevado a huir a más de la mitad de la población de Siria.
Este viernes la ONU debe pronunciarse sobre un proyecto de resolución -no vinculante- de alto el fuego inmediato en Siria para permitir el acceso de la ayuda humanitaria.
Desde que empezó la ofensiva contra Alepo han muerto 410 civiles, entre ellos 45 niños, según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De ellos 105 civiles, incluyendo 35 niños, murieron en el oeste de Alepo, una zona controlada por el régimen.