Unos 600 inmigrantes indocumentados fueron liberados de dos centros de detención en Texas luego de que un juez federal determinara que las instalaciones no estaban adecuadas para albergar a las familias retenidas.
Los inmigrantes, la mayoría procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador, fueron liberados sin previo aviso. La mayoría de ellos mujeres y niños, salieron a la calle en medio de la lluvia y el frío, algunos sin poder avisarles a sus familiares para que los recogieran.
Organizaciones proinmigrantes asistieron a los indocumentados con refugios, comida y cuidados de emergencia. Una mujer que tenía una infección en la pierna fue internada en el hospital de San Antonio, mientras un convento menonita abrió sus puertas para albergar a un grupo de los liberados y les donó varias bolsas de dormir, según informó Los Angeles Times.
La liberación se dio después de que el viernes la jueza Karin Grump dictara en un juicio en Texas un veredicto final que cuestiona la capacidad del gobierno para obtener licencias de cuidado infantil en los centros de detención familiares de ICE. Este año, el estado había otorgado los permisos de operación a través de una nueva normativa, pero organizaciones de derechos civiles presentaron una demanda para impedirlo.
Las cárceles familiares de ICE procedieron a cambiar de centros de detención a centros de cuidado infantil luego que una corte de California ordenara el año pasado la liberación de todos los menores de edad en poder de esa oficina federal, y advirtiera que el gobierno estaba violando un acuerdo judicial de 1997 conocido como Flores versus Meese, según reseñó Univision Noticias.