Balmain ha popularizado en su última colección esos vestidos tan elaborados con pedrería que a toda mujer le fascinan. Para lucirlos, llegó la temporada de brillar con la lentejuela, los canutillos, perlas, mostacillas y las piedras que dan vida a exquisitas creaciones.
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“Es tradición que cuando se acerca la Navidad hay que lucir vestidos suntuosos, pero este año deben estar más saturados que nunca. Las formas geométricas, los damascos, las flores y lo abstracto tienen drama lujoso con detalles bordados”, explica la promotora de tendencias Johanna Castillo.
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El color y el lujo excesivo se fusionan para hacer más interesantes e irresistibles las opciones que van desde sexis vestidos cortos a la rodilla hasta piezas más dramáticas a media pantorrilla o largos para esas fiestas glamurosas de diciembre.
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“La pedrería en Navidad es una tradición, pero este año hasta en accesorios y adornos para el cabello. Hay botas bordadas, pulseras, brazaletes, chaquetas, pequeñas carteras, y son interesantes las combinaciones que se pueden lograr”, explica la consejera de moda de tiendas Carrión, Sindy Posas.
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Los vestidos estilo paillette y los cortos, que son bordados, regularmente cuestan mucho dinero. “Eso radica porque son trabajos ricos en diseño y algunos en realidad son piezas creadas a mano. Algunos pueden hasta llevar plumas sutiles, piedras de diversos tamaños y tramados de lentejuela que no son tan fáciles de lograr. Se debe tener paciencia y una mano exquisita para bordar perfecto”, expresa la diseñadora Giselle Matamala.