'Este líquido es brillante, efervescente, es una fuerza vital, sin ella no hay vida', dijo Karl Lagerfeld al final de su desfile, realizado en el Grand Palais de París, el cual se vio adornado por imponentes cascadas y grandes árboles.
Fresca, fluida y bulliciosa, la colección a veces recuerda un riachuelo y en otros momentos hace pensar en grandes torrentes pluviales, al mismo tiempo que lleva los eternos símbolos de esta casa de Alta Moda a la modernidad.
Karl utilizó mucho plástico tanto en prendas como en accesorios, viseras incluidas, para lograr looks traslúcidos y divertidos.
|
'Pasé mi infancia en un estrecho territorio entre Hamburgo y Dinamarca. Siendo un niño, me mandaron a la isla de Sylt, donde el aire no puede ser más puro y el mar es muy agitado', afirmó el káiser de la moda, quien se inspiró en ésta y otras visiones para esta selección.
Efectos tornasol en nylon, perlas y muchas lentejuelas contribuyeron también a dar ese dejo acuático a las siluetas, en las que destacan las faldas cortas, los pantalones amplios, los crop tops y muchos shorts, ideales para las vacaciones de verano.
Cabe destacar que en la pasarela caminó Kaia Gerber, la nueva sensación del modelaje e hija de Cindy Crawford, una de las top models más destacadas de los años 90.
Los elegantes trajes Tweed, sello de la marca Chanel, se combinaron con los accesorios traslúcidos.
|