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Hondureño tejedor recibe permiso de trabajo en EUA

  • 18 enero 2013 /

El miércoles, en el programa Despierta América, recibió la buena noticia.

El hondureño José Luis Zelaya llegó el miércoles a una entrevista en vivo en el programa Despierta América de Univisión para hablar de su talento como tejedor de piezas de crochet.

Ya estaba acostumbrado a que su habilidad y destreza en un quehacer eminentemente femenino llamara la atención de los medios, pero en realidad el propósito de aquel programa en la cadena hispana más grande de Estados Unidos era otro y cambiaría su vida drásticamente.

Pese a la sombra de la deportación que lo acechaba y a la falta de un permiso para trabajar que le impedía ejercer su profesión como profesor de matemáticas, graduado en la universidad de Texas, Zelaya había recurrido desde hace mucho a su habilidad para tejer gorros, cubiertas de teléfono, bufandas, bolsos y monederos elaborados a base de crochet para ganarse la vida.

Su sorpresa fue cuando la presentadora hondureña Satcha Pretto y la abogada de inmigración Jessica Domínguez le otorgaron el documento que le concedía su permiso para quedarse y trabajar en EUA, bajo el programa de los “dreamers” que aprobó el presidente Barack Obama.

La amplia sonrisa, el brillo en sus ojos y la posibilidad de ejercer la profesión cuya maestría está próximo a culminar fueron vistos por millones de expectadores que se conmovieron tanto como él en ese momento.

Un pasado de penurias

José Luis Zelaya nació en Honduras en el seno de un hogar pobre y marcado por la violencia doméstica de un padre alcohólico. Cuando tenía 5 años, sufrió la pérdida de un hermanito de 3, que pereció a causa de una crisis de asma. Desde los 9 años comenzó a trabajar como lustrabotas, vendiendo chicles y lavando carros. A los 11, su madre decide emigrar a EUA para huir de la pobreza y el abuso.

Se lleva con ella a su hija menor y deja a José Luis a cargo del padre. El niño apenas logró finalizar el tercer grado escolar.

En esos días caminaba descalzo por las calles, temblando de frío, cuando vio a una señora tejiendo crochet en una esquina. Con la ilusión de tejerse una chaqueta le pidió que le enseñara, pero la mujer le dijo que no porque él era un hombre. Sin embargo, no se dio por vencido y fue a comprar lana y una aguja para tejer.

Tras un recorrido de 45 días en el que fue testigo del tormento que sufren los migrantes centroamericanos, llegó a EUA, donde fue detenido por Migración.

Quince días después, creyendo que sería deportado a Honduras, fue reunido con su madre.

Ingresó al octavo grado escolar y luchó para aprender inglés. De esa época recuerda a una maestra cuya influencia marcaría su vida.

Ella era quien lo empujaba a continuar sus estudios diciéndole que él era “material universitario”.

Mrs. Wright, su maestra de inglés, fue tan decisiva en su vida que, incluso, eligió ejercer la docencia. José Luis recibió becas comunitarias para estudiar en la universidad y su habilidad con el crochet le permitió complementar los gastos.

En noviembre de 2011 decide crear su cuenta en Facebook para ofrecer sus productos.

No ha parado sus estudios y en un año finalizará la maestría que ha ido tejiendo literalmente junto con el sueño inquebrantable de superación.