07/05/2024
02:20 PM

'La clave es tener un objetivo”

Adelita es un ejemplo de superación. Ella ha logrado con mucho esfuerzo cristalizar el “sueño americano”

Unas letras grandes y llamativas se leen afuera de un inmueble en la calle 36. “Adelita´s Café, primer restaurante hondureño en Miami”. La propietaria no estaba, pero bastaba ver la decoración para percibir el amor por el suelo catracho, una mezcla de nostalgia y patriotismo. ¿El menú? Baleadas, tajadas, yuca con chicharrón, sopas de mariscos, carne asada y refrescos hondureños. ¿Y la clientela? Obviamente, inmigrantes hondureños y centroamericanos.

Los encargados del local mencionaron que la propietaria se encontraba en el otro negocio. Nos dirigimos allá y en el bulevar Biscayne, un local azul y blanco sobresalía con el rótulo “Bienvenidos a cafetería Adelita´s, el original sabor hondureño”. Preguntamos por la propietaria y apareció una mujer oriunda de La Ceiba.

Se presentó y dijo: “Soy Adela Alcántara, más conocida como Adelita”. En ese instante ingresaron varios clientes que fueron atendidos por ella. Finalizada la faena, compartió parte de su historia. Adelita llegó a Estados Unidos creyendo en Dios y segura de que saldría adelante.

Relata que viene de una familia numerosa y que en la década de los 80 emigró a Estados Unidos con una visa. “Mi visión siempre fue apoyar a mi familia. Hay que aprovechar las oportunidades que este país brinda, que son pocas porque se llega sin acceso a crédito”.

Recuerda que pocos años después se vio haciendo algo que primero era una necesidad, pero después constató que lo era también de todos los hondureños que vivían en Miami: comprar comida, pero hondureña, para no olvidar las raíces.

“Los hondureños son fieles al producto catracho y sienten satisfacción cuando es hecho por manos de sus compatriotas. Prefieren esa comida”.

Así fue madurando la idea hasta que abrió sus dos restaurantes. Al llegar a EUA, Adelita trabajó en una casa ganando 80 dólares a la semana. Era secretaria comercial en Honduras y le tocó ser casi una doméstica en el país de norte. Lo bueno es que sabía hacer de todo.

Lo duro fueron los maltratos, pero aún así logró salir adelante. Estudió inglés y luego trabajó como mánager de una gasolinera. Allí surgió la idea de abrir los restaurantes porque había comida cubana y nicaragüense, pero no hondureña. “Estuve a punto de ir a la cárcel por transportar productos lácteos a EUA. La clave del éxito es creer que Dios nos ha predestinado y tener un objetivo”, comenta.

Cuando Adelita se fue a EUA dejó a una hija de diez meses, pero fue tanto el deseo de volverla a tener con ella que con mucho sacrificio se la llevó y ahora es ciudadana americana y ha logrado estudiar en la universidad.

“Los hondureños han sobrevivido a la crisis a pesar de ser indocumentados y no ser aceptados. Hemos demostrado que cuando queremos, hacemos las cosas bien”.

Adelita ha mantenido sus negocios y la lealtad de sus clientes que pagan buenos dólares por disfrutar la comida catracha. Llegó a tener seis restaurantes, pero vendió cuatro. Se quedó con dos. Actualmente, 22 empleados trabajan en sus cafeterías, con 99 por ciento de trabajadores hondureños.

Como Adelita, muchos hondureños han abierto restaurantes de comida catracha. Lejos de su tierra, los clientes dan lo que sea por un plato de comida que les recuerde su terruño y mejor si lo hacen escuchando música en las rocolas. También son lugares idóneos para saber cuáles grupos musicales del país amenizarán alguna fiesta en Estados Unidos.

Los restaurantes

Con Adelita como pionera de los restaurantes hondureños en Miami, poco a poco, latinos y hondureños han abierto negocios similares.

Flager Street está llena de establecimientos de esta índole y de abarroterías, donde los catrachos también tienen oportunidad de encontrar trabajo.

En Flager Street está el restaurante Orgullo Catracho, que ofrece comida costeña como sopas de caracol y la famosa sopa marinera.

Los negocios de comida catracha venden delicioso pescado con tajadas de plátano, pero el menú es variado y usted puede encontrar desde enchiladas hasta sopa de res.

Entre los restaurantes que han sobrevivido a la crisis y que son lugares de encuentro de pobladores hondureños figuran Adelita´s, uno de los de mayor tradición, Los Catrachos, Orgullo Catracho, Restaurante Latino, Sabor Hondureño, Rincón Progreseño y Los Paisanos.

Dentro de los restaurantes hay agencias de envío de remesas y venta de tarjetas telefónicas para que los compatriotas puedan hacer llamadas al país.

Los negocios de envío de dinero han resultado un éxito en la capital del sol, aunque algunos propietarios reconocen que han bajado los envíos de remesas.

Los fines de semana, los restaurantes son abarrotados y el ambiente es fenomenal, todo con producto totalmente catracho.