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Siete balazos terminaron con su sueño de irse 'mojado” para EUA

  • 03 octubre 2015 /

Carlos Daniel Torres expiró en el momento cuando fue acribillado en el parque de Cofradía.

San Pedro Sula, Honduras

Quería seguir los pasos de sus dos hermanos mayores, quienes se fueron “mojados” para Estados Unidos; pero siete balazos terminaron con sus propósitos.

Carlos Daniel Torres expiró en el momento cuando fue acribillado en el parque de Cofradía un sábado por la noche mientras se encontraba con otros amigos, uno de los cuales resultó herido.

En una casa sencilla hundida en un barranco a la orilla de una quebrada, su madre Margarita Lara evoca los últimos momentos que vivió el muchacho de 17 años. Solo ella, su hijo y un sobrino vivían en esa vivienda, cercana al parque donde sucedió el crimen bajo una lluvia pertinaz.

Por lo general, el joven se levantaba tarde, pero ese sábado 19 de septiembre a las siete de la mañana ya estaba en pie. Tras salir de la ducha le dijo a su primo que había sentido un frío extraño, como si presintiera la cercanía de la muerte, dijo su madre.

Desde que dejó los estudios en el Instituto José Castro López no hacía más que jugar en las maquinitas o buscarle todas las funciones a su celular; pero era muy bien portado y cariñoso con ella, comentó Margarita.

No desayunó, pero disfrutó en el almuerzo unos tacos al estilo mexicano que le hizo su progenitora, quien siempre estaba complaciéndole sus antojos. Como recompensa, él le decía frases cariñosas a cada momento y pasaba abrazándola. “Desde que se levantaba me preguntaba: ¿Madrecita, cómo amaneció?

Decía que era el hombre de la casa porque el padre voló del nido cuando él era un niño. Luego se fueron sus dos hermanos mayores huyendo de la pobreza. El primero estuvo cinco días perdido en el desierto y el segundo en emigrar casi cae en mano de la Migración al ser detenido el coyote que lo estaba cruzando por el desierto.

El joven se reportó con su madre cuando iba pasando frente a la iglesia católica rumbo al parque, después de haberse dado cita con su novia.
Carlos estaba esperando cumplir los 18 años para emprender la aventura, pero la muerte lo sorprendió de repente por razones que su madre no logra entender.

No salía más que a la esquina, pero esa noche dijo que iría a traer a su novia que vive en El Pacayal, una comunidad cercana a Cofradía.

En el día era raro verlo en las calles porque los médicos le habían prohibido que se asoleara, ya que el año pasado se cayó de un carro de paila en marcha a consecuencia de lo cual tuvieron que hacerle un injerto en la cabeza, aseguró la mujer.

Ella cree que el muchacho llegó al parque a guarecerse de la lluvia y se encontró con las otras personas que también hacían lo mismo.

Serían las diez y media de la noche cuando pasaron dos sujetos y armaron la balacera que, a pesar del aguacero, se escuchó varias cuadras a la redonda. Una hermana de Daniel, que estaba en la esquina del parque, acudió de inmediato.

Se abalanzó sobre el cuerpo ensangrentado del joven que expiró en el acto a consecuencia de siete balazos que perforaron su cuerpo.

Al lado estaba tirado José Javier Martínez (de 18 años), pero este todavía se movía, relató después la muchacha. No cabe duda que el atentado iba dirigido a Carlos Daniel, dijo un policía, quien asegura que en el crimen hubo drogas de por medio.