Tegucigalpa, Honduras.
La devoción, el fervor y la tradición se unen en la gran celebración para agasajar este día a la Patrona de Honduras: La Virgen de Suyapa.
Con las tradicionales Mañanitas, que le cantó el mariachi y la música que en su honor dedicaron artistas nacionales, se le rindieron honores a la Virgen Morena.
Pero el tributo y las muestras de la más encendida fe y agradecimiento, se la ofrecerán este día sus fieles y amados hijos que han llegado a su santuario en la Aldea Suyapa desde la capital, tierra adentro y desde el extranjero para celebrar junto a ella.
Hoy se cumplen 268 años de presencia mariana en Honduras. La Virgen María se hizo catracha en el Cerro el Piligüín, ahí donde su venerada imagen fue encontrada por Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez.
Bajo la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, el papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras en 1925. Desde entonces la celebración se ha convertido en una fiesta nacional de carácter espiritual, marcada por la devoción. “Debemos tener el corazón como María, lleno de gracia, ella se llenó de la gracia del Espíritu Santo y debemos aprender a decirle sí al Señor como María y celebrar con júbilo este día en honor a la Virgen de Suyapa”, declaró Carlo Magno Núñez, párroco del santuario.
La devoción, el fervor y la tradición se unen en la gran celebración para agasajar este día a la Patrona de Honduras: La Virgen de Suyapa.
Con las tradicionales Mañanitas, que le cantó el mariachi y la música que en su honor dedicaron artistas nacionales, se le rindieron honores a la Virgen Morena.
Pero el tributo y las muestras de la más encendida fe y agradecimiento, se la ofrecerán este día sus fieles y amados hijos que han llegado a su santuario en la Aldea Suyapa desde la capital, tierra adentro y desde el extranjero para celebrar junto a ella.
Hoy se cumplen 268 años de presencia mariana en Honduras. La Virgen María se hizo catracha en el Cerro el Piligüín, ahí donde su venerada imagen fue encontrada por Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez.
Bajo la advocación de Nuestra Señora de Suyapa, el papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras en 1925. Desde entonces la celebración se ha convertido en una fiesta nacional de carácter espiritual, marcada por la devoción. “Debemos tener el corazón como María, lleno de gracia, ella se llenó de la gracia del Espíritu Santo y debemos aprender a decirle sí al Señor como María y celebrar con júbilo este día en honor a la Virgen de Suyapa”, declaró Carlo Magno Núñez, párroco del santuario.
Como parte de esta fiesta que embarga a la feligresía, procedentes de varios rincones del país arribaron cientos de devotos.
Desde que da inicio la novena en honor a la patrona de los hondureños, el 24 de enero a la fecha, se calcula que lleguen a esta celebración 2.5 millones de peregrinos a participar de la festividades.
Como parte de las actividades se han programado conciertos con música de marimba, entre estas Alma de Honduras, al igual que las bandas de las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas.
Contrario a otros años, el 268 aniversario del hallazgo de la imagen de la Patrona de Honduras será una de las celebraciones más recordadas. Y es que la Madre Morena ha decido estar más cerca de su pueblo para acogerlo en su regazo.
La parte del coro en el santuario de Suyapa se ha seleccionado como el sitio idóneo donde la Patroncita será venerada. “Ahí lucirá su real majestad y desde ese lugar impartirá el consuelo de su bendición a los hijos que se acerquen; además queremos mostrar al público los vitrales que representan el hallazgo”, informó Rony Caballero, asistente de la parroquia.
Historias
Las muestras de fe y devoción a la madre de Dios que se hizo catracha bajo la advocación de Suyapa es una muestra de la misión evangelizadora que ejerce María en todo tiempo.
“Gracias a ella Dios atendió con piedad mi súplica de tener una hija. Ella intercedió por mí para que encontrara la sanación”.
“María me enseñó el camino a Cristo y evitó que me suicidará”, son solo algunos de los testimonios que guardan en su corazón los peregrinos.
En cada rodilla que se dobla, cada vela que se consume, cada flor sobre el altar y cada lágrima que se derrama en el santuario hay una historia de fe de un pueblo que confía a su Madre todos sus pesares.
“Cuando rezo el santo rosario a los pies de Suyapita, mi corazón se renueva, encuentro nuevas fuerzas para continuar y me lleno de amor a Dios”, expresó Miriam Elena Mendoza mientras esperaba la bendición de varios recuerdos que llevaba a sus familiares.
“A través de María he aprendido a conocer las enseñanzas de Jesús, porque nadie conoce más a su hijo que su madre que lo conoció antes de nacer”, manifestó Juan Domínguez, quien esta instalado en el santuario desde el 31 de enero.
Sin importar las largas horas de camino, la falta de alimento, las noches bajo el frío y dejar en ofrendas el dinero que bien podrían emplear en un mes de sustento cumplen sus promesas.
Llevar un ramo de flores, estampas familiares, velas y hasta comida bajo los pies de María conforman el pacto de agradecimiento que cumplen con amor. A cambio de sus ofrendas reciben la esperanza de obtener sus anhelos -en el tiempo de Dios-, que la madre los cobije con su manto durante todo el año, la sanidad de sus enfermos, el don de vida y la unidad familiar. Para hoy se espera que 2.5 millones de hondureños pasen a saludar a la reina de corazones. La alborada ya pasó y le cantaron las mañanitas al alba, después de despedirse empiezan los preparativos para regresar el próximo año.
