En un mundo en el que el costo de la epidemia de obesidad iguala al del tabaco y los conflictos armados, es sorprendente encontrar una comunidad que no se ajusta a esta tendencia.
Tal es el caso del pueblo de Loma Linda, en California, Estados Unidos, el cual posee el envidiable récord de habitantes que viven hasta edades muy avanzadas y sin enfermedades crónicas.
Alrededor de la mitad de los 24,000 habitantes del pueblo son miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se trata de una comunidad cristiana evangélica que sigue unas reglas estrictas de alimentación, ejercicio y descanso, según recoge la cadena británica BBC.
Diversos estudios han mostrado que los habitantes de este pueblo viven hasta 10 años más que la mayoría de los estadounidenses, y gozan de mejor salud en la vejez.
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Las enseñanzas de esta iglesia se basan en un estilo de vida sano, incluyendo una dieta vegetariana en su mayor parte, con un enfásis especial en evitar el consumo de tabaco y alcohol, además de realizar ejercicio frecuente y un compromiso de celebrar el Sabbath como día de descanso.
Los adventistas consideran que su longevidad está vinculada con el respeto al cuerpo humano como templo del espíritu sagrado.
Mortalidad
Un largo estudio empezado en 1976 y llevado a cabo con 34,000 personas concluyó que las costumbres adventistas aumentan los años de vida con respecto a la media.
'Cuando observamos los patrones de mortalidad, parece que los adventistas mueren por las mismas enfermedades pero en una edad mucho más avanzada', explica Larry Beeson, profesor de Epidemiología en la Universidad de Loma Linda, quien ha participado en estas investigaciones durante más de 50 años y sostiene que su buena salud se basa en algo más que la dieta.
'Es una mezcla compleja de religiosidad, espiritualidad y la forma de entender su creencia en Dios combinada con otros componentes del estilo de vida, como el ejercicio y el apoyo social', dice.
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Cada viernes por la noche Loma Linda se queda en silencio. El sábado, los adventistas no hacen nada que pueda considerarse trabajo.
Esto incluye navegar por internet o, en algunos casos, mirar la televisión. Para la mayoría, el sábado es un día para recuperarse de la semana, disfrutar de la familia y los amigos y conectarse con Dios.