Líderes demócratas en el Congreso estadounidense renovaron hoy su ultimátum a los republicanos en la Cámara de Representantes para acabar de aprobar antes de un mes la demandada reforma de las leyes de inmigración y naturalización.
Si no se hace nada en julio, la culpa por no reformar el sistema migratorio caerá únicamente en los republicanos, defendió el líder de la mayoría demócratas en el Senado, Harry Reid.
Durante un año hemos estado esperando. Hoy le decimos (al presidente de la Cámara baja John) Boehner: dénos una señal, dénos un voto, sostuvo por su parte la líder de la minoría demócrata en ese hemiciclo, Nancy Pelosi.
Por su parte el senador Robert Menéndez, uno de los legisladores que redactó la reforma migratoria aprobada por el Senado hace un año, instó a los conservadores a respaldar la reforma migratoria o abstenerse de recibir un voto de castigo durante las venideras elecciones legislativas de noviembre.
Los republicanos saben que si no aprueban la reforma migratoria entregarán la Cámara de Representantes, la presidencia y el Senado a los demócratas en 2016, y en 2017 escribiremos nuestra propia reforma migratoria, advirtió por su parte el senador Charles Schumer.
Tomarán acciones
Desde hace varias semanas, legisladores demócratas alertaron que si la Cámara baja evade analizar la reforma migratoria antes del próximo receso veraniego, el mandatario usaría sus facultades para legislar al respecto.
No obstante, la Casa Blanca ha tratado de evitar dictar cualquier medida que desaliente la aprobación de la iniciativa.
Analistas indican que una vez que el Congreso retorne de sus vacaciones veraniegas, los legisladores se concentrarán en las elecciones al órgano legislativo de noviembre.
En esa fecha se renovará un tercio de los 100 escaños del Senado así como la totalidad de las 435 butacas de la Cámara de Representantes.
Una amplia coalición de miembros de los sectores empresarial, religioso, sindical y otros a nivel nacional, muestran un frente común a favor de modificar las leyes migratorias y sacar de las sombras a ceca de 11,5 millones de indocumentados.
Los conservadores en la Cámara baja sostienen que entregar la ciudadanía a los millones de personas sin papeles equivaldría a otorgar una amnistía para quienes violaron las leyes del país. EFE