Por segunda ocasión en esta semana, la Selección Nacional de Honduras realizó trabajos de playa para alcanzar la potencia física necesaria y así llegar en buen tono a la copa del mundo de Brasil.
La gran novedad del día fue la incorporación progresiva del volante hondureño Luis Garrido a las labores de grupo.
Pese a seguir con molestias y aún con el riesgo de recaer y perderse el Mundial, el catracho hizo labores de carrera corta, pero sin velocidad progresiva pues corre el riesgo de agravar su dolencia.
La exigencia fue poca para el contención, quien sí completó las labores dentro del agua, algo que le ayuda a que sus músculos se compacten.
El resto del grupo lució relajado, hizo fútbol y culminó sus labores con un chapuzón en el mar.