Roma, Italia.
Tres seguidores del Nápoles, que juega este sábado la final de la Copa de Italia de fútbol en Roma contra la Fiorentina, resultaron heridos por disparos en la capital italiana, indican los medios de comunicación.
Uno de los tres heridos, un hombre de 30 años, estaría en peligro de muerte, mientras que los otros dos, con heridas menos graves, también fueron hospitalizados, según la prensa.
No estaba claro por el momento las circunstancias en que los tres hombres resultaron heridos, aunque se registraron enfrentamientos entre aficionados rivales.
Varios incidentes se produjeron en las inmediaciones del Estadio Olímpico entre los aficionados de ambos equipos y la policía tuvo que intervenir en varias ocasiones para separar a los 'tifosi'.
Aficionados violentos de la Roma, uno de los dos equipos de la capital italiana, habrían también lanzado botellas y piedras contra la policía.
La tensión se manifestó solo fuera del estadio ya que en las tribunas la situación era tranquila.
Nápoles y Fiorentina fueron recibidos el viernes por el papa Francisco, que había mostrado su deseo de 'que el fútbol recupere su dimensión la fiesta'.
Tres seguidores del Nápoles, que juega este sábado la final de la Copa de Italia de fútbol en Roma contra la Fiorentina, resultaron heridos por disparos en la capital italiana, indican los medios de comunicación.
Uno de los tres heridos, un hombre de 30 años, estaría en peligro de muerte, mientras que los otros dos, con heridas menos graves, también fueron hospitalizados, según la prensa.
No estaba claro por el momento las circunstancias en que los tres hombres resultaron heridos, aunque se registraron enfrentamientos entre aficionados rivales.
Varios incidentes se produjeron en las inmediaciones del Estadio Olímpico entre los aficionados de ambos equipos y la policía tuvo que intervenir en varias ocasiones para separar a los 'tifosi'.
Aficionados violentos de la Roma, uno de los dos equipos de la capital italiana, habrían también lanzado botellas y piedras contra la policía.
La tensión se manifestó solo fuera del estadio ya que en las tribunas la situación era tranquila.
Nápoles y Fiorentina fueron recibidos el viernes por el papa Francisco, que había mostrado su deseo de 'que el fútbol recupere su dimensión la fiesta'.