Si hay vida sexual, hay que cuidarse  

Las recomendaciones que ofrecen los médicos para cuidar tu vida sexual.

Monterrey, México.

Iniciar la vida sexual debe ir de la mano del cuidado de la salud, ya que las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un riesgo latente entre la población sexualmente activa.

En las mujeres, la infección por virus de papiloma humano (VPH) puede provocar graves consecuencias a largo plazo, como un cáncer de cérvix, el cual se forma en el tejido del cuello uterino o parte inferior del útero o matriz que conecta con la vagina.

'El cáncer cérvico uterino o de cérvix es el cáncer ginecológico, segundo en frecuencia, sólo por debajo del cáncer de mama, que se encuentra principalmente en mujeres en edad reproductiva, aunque no es exclusivo de este grupo', señala el ginecólogo oncólogo Ricardo Ibarra Patiño.

El principal problema es que en la etapa inicial es asintomático, así que pasa desapercibido por las pacientes hasta que el cáncer se encuentra en fase avanzada.

'Consta de cuatro etapas clínicas, además de una lesión previa conocida como carcinoma in situ', advierte. 'La mayoría de los casos se detecta en la etapa clínica uno o dos, porque es cuando empieza a dar problemas'.

Las pacientes refieren sangrado vaginal anormal, generalmente después de las relaciones sexuales, además de dolor en la pelvis.

El inicio de la patología se conoce como carcinoma in situ, el cual se considera la forma más temprana de cáncer, ya que las células cancerosas sólo están en la capa de la superficie del cuello uterino y no se han extendido a capas más profundas.

Ibarra Patiño explica que en la primera etapa clínica las células con características malignas continúan afectando sólo al cérvix, pudiendo llegar a ser un tumor visible a simple vista por el médico. En la segunda etapa, el tumor crece y llega a invadir la parte superior o media de la vagina y algunos ligamentos uterinos.

En la tercera etapa, el tumor puede extenderse a la totalidad de la vagina y/o a la pared pélvica y obstruir las vías urinarias. Y en la cuarta fase, el cáncer llega a invadir estructuras vecinas, como la vejiga o el recto, y hasta diseminarse a otras partes del cuerpo.

Ante la presencia de cualquier anormalidad, es importante acudir al médico para que el problema sea diagnosticado y tratado lo antes posible.

Detección

Una de las pruebas que ayuda al diagnóstico de cáncer de cérvix es la citología convencional o técnica de Papanicolaou, la cual consiste en raspar sutilmente el cuello de la matriz para obtener una muestra de sus células y determinar en el laboratorio si existen células anormales que puedan convertirse en cáncer.

'Otra técnica para examinar la muestra de células tomada del cérvix es la citología en base líquida, la cual ofrece más del 90 por ciento de efectividad en los resultados', manifiesta el ginecólogo oncólogo Ricardo Ibarra Patiño.

En la parte de detección también se utiliza la colposcopía, una técnica que permite examinar con mayor claridad el tejido del cérvix a través de un colposcopio, que combina una luz brillante con un lente de aumento (microscopio).

Sin embargo, para confirmar la presencia de cáncer es necesario una biopsia, la cual permite extraer una pequeña cantidad de tejido del cérvix para buscar células cancerosas. Generalmente es la forma más confiable de saber si hay cáncer.

El tratamiento para el cáncer cervical depende de la etapa en que éste se encuentre, es decir, del tamaño del tumor y si el cáncer se ha diseminado, entre otros factores.

'El médico determinará si la paciente requiere de cirugía, radioterapia, quimioterapia, hasta una combinación de estos métodos', indica Ibarra Patiño. 'La atención oncológica implica un manejo multidisciplinario'.

La prevención es fundamental para evitar el desarrollo de este tipo de cáncer.
'Como está asociado a la vida sexual, la mujer debe ser responsable sexualmente, no sólo optando por el uso del condón que no protege al 100 por ciento, sino evitando tener múltiples parejas, acudiendo periódicamente a su revisión ginecológica y aplicándose la vacuna contra el VPH', advierte el ginecólogo oncólogo.

'Hay que hacer énfasis en el control citológico convencional (Papanicolaou) o la citología en base líquida, una vez al año después de iniciar la vida sexual'.

Sin confundir:


-El cáncer de cérvix es diferente al cáncer de matriz o endometrio, ya que este último se presenta principalmente en mujeres posmenopáusicas. El principal síntoma es el sangrado posmenopáusico, es decir, la presencia de sangrado en mujeres que ya no tienen regla. La obesidad y los cambios hormonales se identifican dentro de las principales causas del cáncer de matriz.

-Por otra parte, el cáncer de ovario se ha convertido en el cáncer ginecológico de mayor mortalidad, aunque la edad promedio de las pacientes es 60 años, puede manifestarse en cualquier otra etapa. Al igual que el cáncer de cérvix, es silencioso y asintomático. Generalmente se detecta en etapas avanzadas.información: Óscar Vidal Gutiérrez, ginecólogo oncólogo.