Zoila Madrid vive desde hace seis años en el bordo de río Blanco. Ella, como muchos de los que habitan en esa zona vulnerable, quiere reubicarse en un mejor sitio, pero no fuera de los centros de trabajo y oportunidades que hay en el casco urbano de San Pedro Sula.
Un proyecto del Gobierno pretende reubicar a unas 200 familias de ese sector a la aldea Las Minas, en El Progreso, Yoro.
La madre de siete hijos considera que en ese lugar no están las condiciones necesarias para vivir con su familia.
“Allá no se encuentra trabajo, la mayoría de la gente que vive aquí recoge botes de plástico y estando en esa zona no podrán vivir de eso, además, no hay escuelas.
Pienso que si de verdad quisieran ayudarnos debería ser aquí o en una mejor zona”, dijo.
| 90,000
personas viven en los bordos. La mayoría de los hogares cuentan con cinco personas por casa y muchos viven en haciamiento.
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Jacobo Lone tiene 16 años de vivir en el bordo, llegó buscando trabajo y posteriormente formó su familia. él considera que si le ofrecen una mejor alternativa la acepta.
En la ciudad hay 16 bordos, los cuales son considerados vulnerables ante inundaciones y deslizamientos. Cada año, la población en esas zonas aumenta un 10%, de acuerdo con la Comisión de Acción Social Menonita (Casm).
El último estudio (2015) que realizó la organización establece que unas 15,000 familias habitaban en esas zonas en ese entonces. en la actualidad, Casm proyecta que hay unas 18,000 familias.
| La mayoría de los habitantes de los bordos trabaja en la recolección de botellas de plástico, venta de verduras en carretas de caballos y la extracción de arena de los ríos cercanos.
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Desde hace tres años se han movilizado unas 204 familias, 184 del bordo Santa Ana, que se movieron a Choloma, luego 20 familias que estaban en la ampliación del puente del río Blanco fueron llevadas a la comunidad Nueva Frontera, del sector de la Rivera Hernández. Con el proyecto que ejecuta el Gobierno se pretende reubicar a 200 familias a la aldea Las Minas.
César Cárcamo, gerente de Casm, manifestó que para reubicar a todos los habitantes de esas zonas el Gobierno necesita estrategias efectivas. “Movilizar a todas las familias le llevaría al Estado más de 10 años. Necesitan crear un plan de reasentamiento efectivo”.
Recomendó iniciar la reubicación con un bordo pequeño como una prueba piloto asegurándose de que la población no regrese y crear un proyecto para ocupar el terreno.
Por su parte, Enoc Murillo, oficial técnico que trabaja en esas comunidades, es de los que piensa que reubicar a los pobladores es una tarea casi imposible para el Estado. “Para el Gobierno es complicado en el sentido de que si una vivienda social cuesta L300,000, construir 18,000 casas sería un proyecto de miles de millones, y el Estado no cuenta con la capacidad”, especificó.
Murillo considera que a corto plazo no se podrá movilizar a las familias. “Para mover a esas personas se necesitan proyectos habitacionales integrales, o sea, proyectos que tengan acceso a la salud, a la educación, al trabajo y servicios públicos, y eso no se desarrolla con pocos millones”.
El ingeniero Francisco Saybe opina que el Gobierno debe invertir en la construcción de vivienda social vertical para los habitantes de los bordos dentro de la ciudad. “Dentro del casco de la ciudad hay 5,700 lotes vacíos, entonces se debe comenzar por llenar esos”, expresó.
Agregó que en los últimos años, el Gobierno se está preocupando más por la vivienda social.
 18,000 familas actualmente hay en los 16 bordos. La población crece cada año un 10%, de acuerdo con los datos de la Comisión de Acción Social Menonita.
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Conforme al estudio de Casm, en la mayoría de los hogares los padres de familia trabajan de guardias de seguridad o amas de casa; otra gran parte de la población se dedica a la recolección de materiales reciclables.
La escolaridad en esas zonas es baja, lo que limita a los jóvenes las posibilidades de acceder a un empleo con más remuneración.
Mientras que las enfermedades que predominan en esa población son las diarreas, respiratorias y las patologías en la piel.
Las familias viven en hacinamiento en viviendas precarias construidas al nivel del suelo y con material poco resistente a los fuertes vientos
y lluvias.
Héctor Martínez, sociólogo de la Unah-vs, dijo que a través de un estudio que realizó con varias organizaciones hace unos 20 años se demostró que gran parte de la población salía de los departamentos de Santa Bárbara, Copán y Ocotepeque con el inicio de la maquila.
Los pobladores ven los bordos como su patrimonio, como su lugar donde pueden consolidar su familia, por ello no quieren movilizarse, apuntó.
Martínez coincide con los demás entrevistados en que se debe tener una política que permita a los pobladores tener un modo de vida similar donde han estado ubicados, además de acceso a su modo de trabajo y otros servicios.
Recordó que desde hace 20 años se habla de reubicación, por ello ve imposible que puedan reubicar a las familias que habitan en esos lugares. “Creo que desde ese entonces debió haber disminuido la cantidad de personas, pero al contrario están más consolidados, están creciendo”.
