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Costa Rica elige hoy a un periodista como presidente

  • 31 marzo 2018 /

Los dos tradicionales, el Partido de Liberación Nacional (PLN) y Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) quedaron fuera de la contienda por primera vez en la historia.

    San José, Costa Rica

    Costa Rica vota este día para escoger a su nuevo presidente, dividido entre dos opciones contrapuestas: el predicador evangélico Fabricio Alvarado, férreo opositor al matrimonio homosexual, y Carlos Alvarado, un exministro del actual gobierno de centroizquierda.

    Unas 3.3 millones de personas están convocadas a las urnas en la segunda ronda electoral entre dos candidatos jóvenes y periodistas, que también comparten apellido aunque no son familia.

    Fabricio Alvarado, un exdiputado de 43 años, es postulado por el conservador Restauración Nacional (RN), una agrupación nacida de las iglesias neopentecostales; y Carlos Alvarado, un exministro de Trabajo de 38 años, es candidato del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).

    bipartidismo
    Por primera vez desde 1950, las dos fuerzas políticas que han dominado el escenario electoral (PLN y PUSC) quedaron fuera de la segunda ronda electoral en este país.

    “Es la primera vez que se polariza una elección en Costa Rica entre temas religiosos y de derechos humanos”, comentó el analista Gustavo Araya, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

    Fabricio Alvarado surgió como un candidato viable por su oposición al matrimonio homosexual, luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) se pronunciara en enero a favor de las uniones entre personas del mismo sexo en respuesta a una consulta del Gobierno costarricense.

    Por el contrario, Carlos Alvarado ha defendido esas uniones, se ha pronunciado a favor de un estado laico y por una agenda de derechos humanos.

    Una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos reveló un empate entre los dos aspirantes, con 43% para el aspirante evangélico y 42% para el exministro entre personas decididas a votar.

    Las encuestas, como las del Centro de Investigación y Estudios Políticos, advierten de un empate entre los dos aspirantes. Quien triunfe en las elecciones obtendría una ventaja entre el 1% y 2%.

    Ascenso y preocupación

    La presencia de un candidato surgido de las iglesias neopentecostales, que han proliferado en América Latina, despertó temores de un retroceso en materia de derechos, en un país que se precia de ser el más progresista de América Central.

    “En el rutilante ascenso de Fabricio Alvarado en Costa Rica hay una señal de los caminos a los que puede conducir el desencanto político en América Latina”, escribió en el diario The New York Times el ex vicepresidente costarricense Kevin Casas, investigador del grupo Diálogo Interamericano, en Washington.

    Acotó que “los electores han encontrado atractiva una figura religiosa que proponga el retorno a las certezas morales que se han diluido en tiempos de relativismo, ambigüedad ideológica y oportunismo”.

    Por el contrario, el excandidato presidencial Antonio Álvarez, del tradicional Partido Liberación Nacional (socialdemócrata), dio su adhesión al aspirante evangélico por considerarlo capaz de unificar fuerzas en la Asamblea Legislativa.

    La presidencia de Fabricio Alvarado “puede abrir un gran espacio a la gobernabilidad, ya que puede alcanzar por primera vez una fuerte mayoría legislativa para tomar decisiones que urgen a Costa Rica”, dijo Álvarez en un video divulgado el pasado jueves en sus redes sociales.

    Pese a la larga campaña electoral, con decenas de entrevistas y debates, muchos votantes aún se preguntan por quién votar.

    'Dejo algo muy claro a los políticos (...), nunca más se metan con la familia', dice Fabricio Alvarado.

    “Ambos candidatos para nosotros son desconocidos, es muy poco lo que sabemos de ellos. Ya estamos pensando en alguien nuevo, que sea una persona del pueblo, que sepa ir a hacer las compras al supermercado, que sepa cuánto vale un litro de gasolina”, comentó a AFP Ricardo Montoya, de 41 años, controlador de una empresa de autobús.

    En la primera ronda electoral, el 4 de febrero, Fabricio Alvarado fue el candidato más votado con 24,9%, y Carlos Alvarado consiguió 21,6%. La ley electoral de Costa Rica requiere un mínimo de 40% de los votos para ganar en la primera ronda.

    Situación del país. Un estudio del Pew Reaserch Center de Estados Unidos indica que la población evangélica de Costa Rica pasó de 8,6% en 1983 a 23% en 2012.

    En el mismo lapso, la iglesia católica, consagrada en la constitución como religión oficial del estado, perdió 31% de sus fieles.

    Actualmente un 52% de la población se identifica como católica, el nivel más bajo que se ha registrado, según una encuesta divulgada el 6 de marzo por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.

    La misma consulta apuntó una estabilización de los feligreses evangélicos en 22%, con 17% que se denomina creyente pero sin religión.

    Datos del Programa Latinoamericano de Estudios Religiosos señalan que para 2014 Costa Rica tenía 3,752 congregaciones religiosas vinculadas a alguna asociación evangélica.

    El gobierno del presidente Luis Guillermo Solís no ha logrado que el Congreso apruebe una reforma tributaria para hacerle frente al déficit fiscal, como tampoco pudieron los tres gobiernos anteriores.

    El presidente, además, expresó su alarma por la ola de violencia contra las mujeres y llamó a desarrollar más políticas para garantizar sus derechos y prevenir los feminicidios.

    Esos crímenes se dan en un contexto de incremento general de la violencia criminal con 603 muertes violentas reportadas en 2017, el nivel de homicidios más alto de la historia del país, atribuidos principalmente a ajustes de cuentas entre bandas delictivas y el narcotráfico, según la Policía Judicial.