No son los 'bad hombres' temidos por Donald Trump pero cruzan constantemente la frontera entre México y Estados Unidos: especies amenazadas como el jaguar, el borrego cimarrón o el berrendo sonorense tienen mucho que perder si se levanta un muro en su hábitat.
'Cuidado, cruce de fauna', advierte un cartel en pleno desierto, entre cactus y arbustos, junto a la carretera que conduce a la fronteriza ciudad de Sonoyta, en el noroeste mexicano.
Venados, ocelotes, coyotes, berrendos, gatos monteses o lobos cruzan constantemente esta vía que bordea el límite entre México y Estados Unidos, en una zona ecológica protegida por ambos gobiernos.
Al norte, en la estadounidense Arizona, se encuentra el Cabeza Prieta National Wildlife Refuge, y al sur, en la mexicana Sonora, la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad.
Estos santuarios comprenden 90 km de los más de 3,000 que forman la frontera y, contrariamente a otros tramos, no tienen valla metálica.
Berrendo sonorense
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Pero en este lugar, como en otras áreas protegidas de la frontera, el presidente estadounidense Donald Trump prometió levantar un gran muro de cemento contra indocumentados y narcotraficantes, sus llamados 'bad hombres'.
Según expertos, esta barrera podría provocar la desaparición de flora y fauna, e incluso comprometería la perennidad de recursos naturales necesarios para el hombre.
Migración vital
En esta zona donde la temperatura alcanza los 55°C las lluvias son cada vez más escasas, lo que obliga a los animales a recorrer grandes distancias más allá de la frontera en busca de agua, alimento y refugio, explica Grageda.
Grandes mamíferos endémicos y en peligro de extinción como el berrendo sonorense, de pelaje color miel, y el borrego cimarrón, con cuernos en espiral, serían los primeros en sufrir las consecuencias de un muro.
Borrego cimarrón.
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