Tegucigalpa, Honduras
Pese a sus limitaciones económicas y la falta de alimentos adecuados para una mujer en estado de embarazo, lo que nunca faltó fue la ilusión de tener al fruto de su amor entre sus brazos.
La joven de 17 años dio a luz a su bebé de apenas siete meses de gestación la tarde del viernes. Ella entró en trabajo de parto y fue llevada desde su natal aldea Los Quebrachos, San Lucas, El Paraíso, hasta el centro de salud más cercano, a una hora de distancia.
Un médico la evaluó y le dijo que todo estaba bien, mientras le aplicaba una inyección para controlar el dolor. De regreso a su casa, la mujer no soportó más y con la ayuda de una partera trajo al mundo a un varoncito.
Sin recursos
Al recién nacido, junto con su madre, los trasladaron hasta el hospital Materno Infantil, adonde el pequeño murió a pesar de los esfuerzos que realizaron los médicos. “La doctora dijo que él no hubiera vivido porque estaba muy pequeño para los meses de embarazo”, relató la abuela del pequeño. La humilde familia se mostró preocupada, pues no tenían dinero para comprar el ataúd y menos para pagar el transporte que los llevará a su aldea.
Sin embargo, la generosidad llegó a la familia y la Funeraria del Pueblo les regaló el ataúd. Mientras que la Policía Nacional envió hasta la morgue un vehículo y dos agentes para que trasladaran a la familia hasta su vivienda en la aldea Los Quebrachos, a dos horas de la capital.
La muchacha quedó hospitalizada, ya que continuaba bajo evaluación médica.
