Los ríos Chamelecón y Ulúa son los más grandes e importantes del Valle de Sula, pero los más contaminados por la descarga de aguas residuales y negras de más de dos millones de personas.
La falta de proyectos de tratamiento de aguas negras hace que sus sistemas de drenaje las depositen crudas en las cuencas que se hallan más cerca de las comunidades.
Solo Puerto Cortés, Choloma y algunas colonias en La Lima, en Cortés, tienen obras de saneamiento que abarcan a la mayoría de sus habitantes.
Las aguas residuales del 80% de la población en Puerto Cortés son tratadas en lagunas o pilas de oxidación y el resto utiliza fosas sépticas.
Sara Canales, encargada de las plantas de tratamiento del puerto, informó que en el casco urbano tienen sistema de alcantarillado sanitario con 22 estaciones de bombeo, algunas ubicadas en tierra firme y el resto en la península.
“A diario, las estaciones envían las aguas a nuestra estación madre, donde comienza el proceso de tratamiento en las seis pilas de oxidación”, explicó.
La funcionaria aseguró que, después de tratar las aguas, estas desembocan en la Laguna de Alvarado. Otro municipio que maneja las aguas residuales es Choloma. Ahí hay una planta de tratamiento para las maquilas y lagunas de oxidación que cubren a unos 200 mil pobladores.
Alexis García, gerente administrativo de Aguas de Choloma, informó que tienen pilas de oxidación en los sectores centro y norte, más los sistemas privados de empresas y lotificadoras independientes.
“Choloma recibe la contaminación de San Pedro Sula, donde no tienen proyectos para el tratamiento de sus aguas negras”, aseguró García.
Contaminantes
En La Lima, solo se tratan las aguas negras de las colonias Sitraterco, Los Maestros y La Independencia 1 y 2, que cubren a unos dos mil pobladores. El resto de aguas residuales de unos 79 mil pobladores desemboca en el río Chamelecón.
Casi un millón de sampedranos también contaminan esta cuenca. Con la concesión del servicio se pretendía que en 2008 el 85% de las aguas fueran tratadas, pero hasta la semana pasada la Corporación Municipal autorizó la adquisición de las tierras en los sectores Rivera Hernández, Chamelecón y Cofradía para construir las plantas de tratamiento de agua.
Abandono
Por falta de apoyo del Gobierno, las aguasegras y residuales de Villanueva caen crudas en el río Ulúa. Después de dos años de que la Alcaldía se declarara en emergencia sanitaria, aún no se ejecuta un proyecto de saneamiento.
Activar las lagunas de Villanueva tiene un costo superior a 10 millones de lempiras. La expansión demográfica también causó problemas en los sistemas de alcantarillado en Dos Caminos, Real del Puente, Guacamaya y Monte María.
La empresa azucarera le donó a la alcaldía un terreno de 14 manzanas para construir nuevas pilas de oxidación en el municipio y tratar las aguas.
Según las autoridades municipales, en los cinco sectores se necesita construir o mejorar las pilas de oxidación.
Para que en Villanueva se desarrolle un buen sistema de alcantarillado sanitario se necesitan aproximadamente 200 millones de lempiras, pero no hay presupuesto. Mientras tanto, las cuencas seguirán contaminadas.